La lista de la revista Forbes de los deportistas que menos gustan a los norteamericanos tiene en la cabeza por segundo año consecutivo a Michael Vick. La imagen negativa que dejó el quarterback por entonces de los Falcons sobre las peleas ilegales de perros que organizaba en su casa y su posterior encarcelamiento no se apaga en los seguidores a los deportes en Estados Unidos. Vick domina esa lista con un 69%, le sigue el propietario de los Raiders, Al Davis (66%) y Ben Roethlisberger (57%) escala hasta el tercer puesto por el escándalo de violación esta primavera.
En cuarto lugar está Tiger Woods (53%), otro deportista salpicado por escándalos sexuales, y el quinto puesto es para el peculiar propietario de los Cowboys, Jerry Jones (53%), que ha protagonizado alguna que otra salida de tono, Mark McGuire (48%), entrenador de bateo de los Cardinals y ex-jugador que reconoció antes del comienzo de la temporada que utilizó sustancias dopantes durante parte de su carrera es el sexto, séptimo Terrell Owens (47%), todavía sin equipo, octavo Alex Rodríguez (45%), siempre odiado, y los dos últimos puestos para jugadores NBA, cada uno con su polémica, Allen Iverson y Gilbert Arenas.