1993: el peor año en la vida de Michael Jordan. Durante la carrera en los Playoffs de los Bulls ese año, Jordan fue pillado en un casino de Atlantic City el día antes de jugar en el Madison Square Garden contra los Knicks; posteriormente admitiría haber perdido unos $57.000 en el juego, mientras que el autor Richard Esquinas escribió un libro en el que afirmaba haberle ganado $1,25 millones a Jordan en apuestas de partidos de golf con él. A sus problemas con jugar, el 6 de Octubre era asesinado su padre en Carolina del Norte, su estado natal. Una fatal muerte que afectaría a Michael de lleno, pues su padre era un modelo para él desde que era pequeño y siempre deseó que su hijo jugara al béisbol.
Con todos estos factores, Michael Jordan decide retirarse como jugador profesional de baloncesto ese otoño, poniendo en shock a la NBA y al mundo del baloncesto. Michael afirmó en su autobiografía en 1998 que llevaba meditando retirarse desde después de las Olimpiadas de Barcelona’92 ya que staba perdiendo las ganas de jugar al baloncesto.
Aún más impacto tuvo la llegada de Jordan al mundo de béisbol. Firmó por los White Sox en marzo de 1994, cuyo propietario era el mismo que el de los Bulls (Jerry Reinsdorf), y se incorporó al spring training del equipo del sur de Chicago. Michael estaba cumpliendo el sueño de su padre que siempre le vio como jugador de la MLB. Aquello fue el periodo de 1993 a 1995, y nada como un documental que haga un perfecto retrato de aquella época como el que emitió ESPN a finales de agosto, Jordan Rides The Bus. Una película de 50 minutos que muestra los sentimientos de Jordan por aquella época como jugador de béisbol, aunque, en cierta manera, presenta un claro vacío de la mediocridad de juego que presentó el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos en sus estadísticas.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=JgUyzKwrTcU[/youtube]
La breve carrera de Jordan en el mundo del béisbol con Birmingham Barons, un equipo de las ligas menores afiliado a los White Sox, se saldó con un 20,2% de bateo, 3 home runs, 51 RBI, 30 bases robadas y 11 errores; también jugó para Scottsdale Scorpions en la Liga de Otoño de Arizona de 1994. En líneas generales, un pobre balance que hizo ver a Jordan que el sueño de su padre no estaba acorde con la naturaleza le había dado.
El 18 de Marzo de 1995, Michael Jordan anunció que volvía a las canchas de baloncesto bajo la camiseta de los Bulls («I’m back«, dijo); todavía le quedaban tres anillos más que llevarse, una serie de récords de la NBA y la confirmación de que existía el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos.