Ya hace unos años que una crisis financiera ha golpeado con fuerza a la ciudad de Detroit. En julio de 2013, la ciudad declaró que entraba en concurso de acreedores, o lo que es lo mismo, en quiebra. Para cualquier aficionado al deporte la pregunta surgió inmediatamente: ¿Ahora qué va a pasar con los equipos de Detroit?
Crisis económica
En primer lugar, es importante situar de donde viene todo esto para poder ver el efecto en los equipos profesionales de la ciudad. Dado que esto se trata de un blog deportivo, intentaré pasar lo más rápido posible por la parte económica de la crisis y simplificar su explicación al máximo.
Lo cierto es que la ciudad ya sufría estos problemas tan graves desde los años ’80 cuando las grandes fábricas automovilísticas empezaron a desplazarse a otros países en los que era más barato producir. Pero desde luego, la crisis financiera de la que aún estamos intentando salir en todo el mundo aceleró un proceso de decadencia que acabó con Detroit declarándose en bancarrota, la mayor quiebra de una ciudad en la historia de Estados Unidos.
Para situarnos en el contexto del Detroit actual, es importante remontarse a su pasado. Durante las primeras décadas del siglo XX la industria automovilística estadounidense veía como sus ventas crecían sin parar, especialmente para el “Big Three” americano en cuanto a automóviles (Ford, Chrysler y General Motors). Estas tres compañías, que más tarde se convertirían en gigantes multinacionales, establecieron su sede en Detroit. En esta época no existía la facilidad de transporte y comunicaciones que tenemos hoy en día, por lo que las fábricas industriales de las empresas tenían que estar muy cerca de la sede para poder gestionarse. Por ello, a medida que estas tres empresas crecieron, abrieron más y más fábricas, todas en Detroit.
Tras las Segunda Guerra Mundial y con los años ’50, Detroit siguió su crecimiento hasta llegar al punto de ser la cuarta ciudad más poblada de EE.UU. con casi dos millones de habitantes. La situación era ideal para Detroit en esos años, aunque la realidad es que la ciudad pendía de un hilo muy fino, básicamente dependía del futuro de tres empresas y de sus decisiones. A la larga, nunca es recomendable jugarse todo a una carta y en el caso de Detroit esto no fue una excepción. Y por supuesto es mucho menos recomendable si esta carta se basa en que el bienestar social dependa de tres empresas multinacionales.

Muy pronto comenzaron a surgir problemas ya en los años ’80 cuando General Motors empezó a cerrar plantas en Flint, una ciudad de Michigan cercana a Detroit. La realidad es que para el “Big Three” no tenía sentido quedarse en Detroit cuando podían fabricar exactamente los mismos modelos de coches en Sudamérica (con costes de producción mucho más baratos) y venderlos en Estados Unidos por el mismo precio. Todo esto comenzó un proceso lento (gracias a los esfuerzos del gobierno) pero que acabaría desangrando a Detroit poco a poco.
Tras estos primeros problemas ya hace treinta años, como se suele decir, el resto es historia. Cada vez se empezaron a cerrar más plantas, a deslocalizar la producción en otros países y por lo tanto a dejar a toda o casi toda la población de Detroit sin empleo y con muy pocas esperanzas. La situación ya era mala de por sí, pero también había otros problemas de fondo que empeoraban el panorama de Detroit, como por ejemplo que el nivel educativo de sus habitantes era paupérrimo.
Antes de la quiebra de la ciudad en 2013, varios años antes, sobre 2009 el gobierno estadounidense ya tuvo que rescatar a General Motors y a Chrysler. Esta fue una de las decisiones más polémicas de la administración Obama, pero era inevitable ya que había mucho miedo a que se repitiesen casos como el de Lehman Brothers. Además, en este caso las consecuencias eran casi más directas, el rescate salvaba un millón y medio de empleos automáticamente. A posteriori el rescate ha sido bastante productivo y las compañías están recuperadas. Pero por supuesto esto es solo una mínima parte de todo lo que tiene que solucionarse en Detroit.
Podríamos continuar analizando las causas de los problemas económicos y sociales, pero probablemente ya esté todo escrito en estos aspectos. El mejor resumen de la situación se puede obtener con tres datos escalofriantes:
- El 47% de la población actual de Detroit es analfabeta funcional y el 60% de niños viven bajo la pobreza.
- Ahora mismo la mayoría de propiedades inmobiliarias en Detroit se pueden comprar por menos de 1.000€, incluso algunas por el precio simbólico de 1€.
- Si llamas a la policía en Detroit, el tiempo promedio que tardan en llegar al lugar es de 58 minutos.
Habiendo detallado todo este proceso en el que se encuentra sumergida la ciudad, vamos a intentar analizar qué efecto podría estar teniendo en los equipos profesionales de Detroit. Lo más sorprendente es que Detroit sigue valorándose como una de las ciudades más volcadas con el deporte. Además, es una ciudad que cuenta con muchísima historia; excepto los Lions (NFL), los otros tres equipos han ganado numerosos títulos, los Pistons (NBA), los Tigers (MLB) y los Red Wings (NHL).

Para intentar analizar desde todos los ángulos las posibles consecuencias lo mejor es dividirlas en las tres partes básicas de un equipo profesional. La primera sería la afición, después tendríamos la parte financiera del club y, por último, aunque seguramente lo más importante, resultados deportivos.
Asistencia en los estadios
Pese a la situación, lo cierto es que la afición de Detroit ha respondido mejor de lo que cualquiera podría esperar. Cada domingo los estadios están llenos o prácticamente llenos, algo que viendo la situación económica de la ciudad no es fácil de conseguir. De todas formas, tampoco podemos engañarnos, la mayoría de gente que va a los estadios son los que viven a las afueras de la ciudad, en barrios de gente acaudalada que no ha sufrido los efectos de la crisis. Aun así los números que muestran los estadios de Detroit son más que aceptables.
La NFL y la NBA son las partes más débiles de una ciudad que siempre ha sido más de béisbol y hockey. Los Lions son el equipo con menos tradición, de hecho el único que nunca ha ganado un campeonato, así que no es sorprendente los mediocres datos que presentan. Son el equipo nº24 de la NFL y tan solo llenan el 93% de su estadio. Recordemos que en la NFL, con un calendario tan concentrado y de solo ocho partidos en casa, cualquier dato que no sea un 100% (lo que en EE.UU llaman un sell-out) es un fracaso. Además, el dato empeora si añadimos que el Ford Field es uno de los estadios con menos capacidad de la competición.

En el lado del baloncesto, poco queda de la fiebre por aquellos Pistons que todo el mundo conocía como los “Bad Boys”. Año tras año los porcentajes se quedan en torno al 70% incluso por debajo, algo que se solía atribuir a que el equipo no era competitivo. No obstante, los datos ya eran malos antes y siguen siendo malos ahora, en ningún caso ha sido un efecto de la crisis económica.
El premio en Detroit se lo llevan la MLB y la NHL. En esta última los Red Wings son uno de los equipos con mejores datos. Año tras año muestran un porcentaje perfecto de 100% de asistencia, además solo superados por los Blackhawks de Chicago en el total de entradas vendidas. Desde luego el hockey gusta mucho en Detroit y parece que allí, aunque tengan que rascarse un poco el bolsillo, seguirán yendo a ver a sus Red Wings.
Hasta aquí todo bien, pero ahora vienen las curvas. En principio el béisbol era una de las joyas en Detroit y si vemos los datos a primera vista, parece ser así. Los Tigers llenaron algo más del 75% de su estadio en 2016 (que en una temporada con 81 partidos en casa no es un mal dato del todo). El problema en este caso es mirar la perspectiva, la foto que se obtiene mirando la evolución año tras año no es nada buena. Ese 75% que nos podía parecer aceptable pasa a ser preocupante, sobre todo cuando tan solo hace dos años tenían una afluencia de público de más de un 90%.
Como vemos, en estos primeros gráficos comparando los datos de asistencia en el Comerica Park con el promedio de la MLB obtenemos resultados muy claros respecto a la tendencia. Mientras el promedio de la MLB se mantiene constante, los datos de Tigers están en caída libre desde 2013.

Una primera interpretación puede ser que es por el mal rendimiento del equipo, pero es difícil explicar entonces por qué el año pasado tuvieron su peor dato de asistencia cuando solo se quedaron a un partido de entrar a los Playoffs.
Para reflejar esta anomalía lo mejor es enfrentar los mismos datos con otros equipos que se pueden considerar en una situación actual similar a los Tigers. Los siguientes gráficos muestran dos posibles comparaciones (se pueden hacer muchas otras):

Lo que vemos es que aunque estos equipos puedan haber sufrido una baja afluencia de público por los malos resultados, en los tres casos su tendencia muestra ciertos picos que no son más que aquellos años que la franquicia ha estado más cerca de Playoffs (por lo tanto se asume que más aficionados querrán ir al estadio a ver a su equipo).
En el caso de Detroit los resultados no son un factor, ya que la asistencia se ha reducido drásticamente tres años consecutivos, sin importar si los Tigers hayan sido más o menos competitivos.
De hecho podemos deducir que si la causa fuesen los malos resultados, tras reordenar los datos (la menor asistencia con los peores resultados, la mejor asistencia con los mejores resultados, etc) lo lógico es que en vez de la línea tan empicada que hemos visto antes, el gráfico fuese algo así:

El resumen es que se intuye que la crisis económica está pasando una gran factura a los Tigers. De momento han sido cuatro años de caída y todavía son datos medianamente aceptables, pero si la tendencia continua siendo tan desastrosa, el futuro no tiene buena pinta. Todavía no se puede hablar de un gran golpe al deporte en Detroit, pero desde luego habrá muchos ojos pendientes de ver cómo evolucionan estos datos en los próximos años cuando se supone que se debe de producir la recuperación de la ciudad.
Situación financiera
Si bien en cuanto a asistencia el efecto no es excesivamente claro, cuando entramos a analizar los datos financieros de las franquicias la cosa cambia. Dado que los equipos aportan muy poca información financiera, el análisis no es tan completo como debería serlo, aunque bastan pocos datos para ver la mala situación.
La única información que se puede obtener de manera pública son los ingresos y el beneficio operativo. Son datos básicos pero sirven para entender la situación, los ingresos reflejan el total de recaudación de un equipo en todas sus distintas actividades; el beneficio operativo se obtiene restándole a los ingresos los gastos habituales, es decir, principalmente salarios (sobre todo de sus jugadores, pero también el resto del personal al completo) y también cualquier otro tipo de gastos que el equipo pueda tener relacionado con el béisbol (viajes, material, etc).
Para no recargar el artículo innecesariamente, hablaré solo de lo más relevante que podemos ver en estos datos. Por el lado de los ingresos a simple vista en todos los casos hay un crecimiento. De todad formas, no es algo importante, ya que es difícil no aumentar los ingresos en las grandes ligas americanas, cada vez con mayores contratos televisivos, mejor marketing internacional, etc. El problema de nuevo viene al comparar los datos con el promedio de cada liga.
Tanto Lions como Tigers estaban en el año 2011 por debajo de la media de NFL y MLB respectivamente. Tras la crisis, siguen estando por debajo de la media pero ahora la diferencia es mucho mayor. Gráficamente podemos verlo mejor:

Por el otro lado tenemos a Red Wings y Pistons, equipos que estaban en 2011 claramente por encima del promedio de sus ligas. Sin embargo, después de estos cinco años, lo que nos encontramos es que los Pistons están por debajo de la media de la NBA (y con bastante diferencia además) y los Red Wings están empatados con el promedio. Por supuesto esto es muy preocupante para las franquicias, que se ven en una situación muy delicada.
El beneficio operativo es lo más relevante, realmente refleja si el equipo está ganando o perdiendo dinero (aunque no es el beneficio definitivo). De nuevo aquí los datos no son nada buenos. Los que mejor datos presentan son los Lions, que desde una situación de pérdidas en 2013 se ha recuperado para tener un beneficio de $64 millones y mejorando su situación respecto a la media de la NFL. No obstante hay que tener en cuenta que los Lions durante estos dos últimos años han recortado marcadamente su gasto en jugadores, así que hay que esperar para confirmar los buenos datos.

En el resto de equipos todo son malas noticias. En el caso de Red Wings y Pistons, ambos equipos se encontraban en buenas situaciones en 2011, buenísimos resultados y muy por encima del promedio de sus ligas. Años después aunque siguen con un beneficio positivo, este se ha recortado claramente y la situación es mucho más inestable. Además las mayores caídas en el beneficio se han producido durante los años 2012 y 2013, señal de que ha existido un impacto muy directo de la quiebra de Detroit en sus equipos. Para ilustrar esta caída tan dura podemos echar un vistazo al gráfico de beneficios de los Red Wings, la tendencia es muy clara.
Como se puede apreciar, los Detroit Red Wings se encuentran peligrosamente cerca del nivel de pérdidas. Incluso tenemos que recordar que este no es el beneficio definitivo (después faltaría añadir algunos gastos financieros que no se incluyen en el dato anterior), es decir, podría ser que algunos equipos estuvieran ya en situación de pérdidas aunque no lo digan públicamente.
Lo peor se lo llevan sin duda los Tigers. Desde 2011 han alternado tres años de beneficio positivo y cuatro años de pérdidas. Pero los datos positivos no llegan ni de cerca a compensar los malos años. Esto nos confirma que durante todo este período la franquicia ha perdido claramente mucho dinero (sin poder saber seguro cuál es la cantidad exacta).

Viendo el gráfico podemos decir que la situación es desastrosa. Además, los únicos datos de beneficio positivo que existen, coinciden con años en los que la franquicia ha tenido menores gastos en salarios de jugadores. Por ejemplo, este mismo año ha aumentado el sueldo de la plantilla en $40 millones, cantidad que coincide casi a la perfección con la bajada del beneficio respecto a 2016. Esto es fundamental, ya que indica que es muy difícil que la franquicia pueda afrontar una gran inversión (en términos de firmar a nuevos jugadores) para luchar por grandes cosas en un corto y medio plazo. El futuro no pinta nada bien para los Tigers.
Resultados deportivos
Para la última parte del análisis vamos a hablar de lo más importante para cualquier equipo, sus resultados deportivos. Puede que en los despachos sean más importantes los temas anteriores, pero para los aficionados es simple, si el equipo gana partidos todo va perfecto.
En este caso, no podemos hablar de que los resultados sean una consecuencia tan directa de la crisis económica. Al fin y al cabo, se trata de analizar la gestión deportiva que ha hecho un determinado general manager, o en otras palabras, si está siendo eficiente con los recursos que tiene. Una crisis no afecta lo bien o mal que haga su labor un gestor deportivo. Sin embargo, sí que es cierto que un equipo tiene menos posibilidades de ganar si tiene menos dinero que otros equipos para pagar a sus jugadores. Veamos si los equipos de Detroit han sabido adaptarse a esta nueva situación.
Detroit Pistons (NBA)
Empecemos por los Pistons. La franquicia de la NBA de Detroit no levanta cabeza desde 2009, aunque es cierto que el rendimiento ha mejorado, incluso llegando a Playoffs en 2015. El equipo se ha reconstruido lentamente, pero en este momento la franquicia cuenta con varios jugadores jóvenes de mucha proyección y parece que será un equipo a tener más en cuenta en próximas temporadas. Es importante señalar que los Pistons estrenarán nuevo pabellón la próxima temporada, volviendo de hecho a jugar en la ciudad (el anterior estadio técnicamente estaba fuera de los límites de Detroit). Esto quiere decir que el listón del equipo subirá y los aficionados empezarán a exigir que el equipo pueda luchar al máximo nivel. Además, con el pésimo nivel de asistencia, los Pistons pueden ser una de las primeras franquicias en aparecer en quinielas si la NBA se plantea el traslado a nuevas ciudades.
Detroit Lions (NFL)
Otro equipo que no consigue escapar de la mediocridad son los Detroit Lions. Acumulan 23 temporadas sin ganar su división y, aunque se han clasificado para postemporada, llevan sin ganar un partido de Playoffs desde 1991 (sumando nueve derrotas consecutivas). Es complicado resumir el mal rendimiento de los Lions como una causa de la crisis económica porque los resultados no eran buenos antes y no son buenos ahora. Teniendo en cuenta que el gasto salarial se ha reducido por las limitaciones financieras que sufre el equipo, es difícil ser positivo en cuanto al futuro de los Lions.
Detroit Red Wings (NHL)
En cuanto a los Red Wings, su panorama es también algo preocupante. Siendo una de las franquicias más importantes de la NHL, esta temporada han faltado a su cita con los Playoffs por primera vez en 26 años. Coincidencia o no, el equipo ha ido cayendo casi a la vez que se producía la crisis de la ciudad y, en estos momentos, se acerca a un proceso de reconstrucción que puede hacerse muy cuesta arriba para una franquicia tan ganadora. Veremos si la recuperación también se produce a la vez que la ciudad levanta cabeza.
Detroit Tigers (MLB)
Por último, nos encontramos con los Tigers, desde mi punto de vista, con la peor situación de todas. Digo esto pese a que los Tigers haya sido un equipo bastante competitivo a lo largo de los años. En el período 2011-2014 ganaron su división todos los años, e incluso llegaron a las World Series en 2012 (que perderían posteriormente contra los Giants). Tras eso la franquicia se ha visto en una travesía por el desierto que parece no acabar.
Este año, con el bajo nivel de su división (excepto Indians), parece que hay una pequeña posibilidad de llegar a postemporada de nuevo. Y entonces, ¿cómo van tener el peor panorama de Detroit? Fácil, la única razón por la que están compitiendo es porque son el cuarto equipo con más gasto salarial de la MLB. Teniendo en cuenta que financieramente ya hemos visto su situación límite, esto es insostenible. En el momento que tengan que reducir su gasto volverán al fondo de la clasificación, teniendo muy difícil acercarse a la lucha por el campeonato en las próximas temporadas.
Conclusiones
Con los datos que tenemos podemos concluir que los equipos profesionales de Detroit se han visto afectados con la crisis, especialmente en la parte financiera. Dada la falta de datos públicos por parte de los equipos, es complicado cuantificar el golpe sufrido, pero sabemos que existe y que ha sido duro.
Cuando juntamos la crisis económica, con unos bajos niveles de asistencia, malos datos financieros y mala gestión deportiva, parece que estamos ante una tormenta perfecta para estas franquicias. No obstante, todos ellos han sabido sobrevivir a los peores años de la ciudad y si añadimos su tradición, no hay razones para pensar que alguno de estos equipos puedan desaparecer.
Lo que si podemos deducir del análisis completo es que aún que los equipos van a seguir en Detroit, lo van a tener muy difícil. Ninguno de ellos tiene una buena situación deportiva, ni financiera, así que es complicado imaginar una celebración de campeonato en Detroit próximamente.
Todos los datos utilizados en el artículo proceden de las páginas Forbes y Statista.