El equipo de la capital no termina de levantar cabeza ni da alguna señal de esperanza de que su proyecto de reconstrucción empiece a dar frutos positivos. En tres semanas de temporada regular todavía no conocen la victoria y cuentan sus 10 partidos jugados hasta el momento por derrotas.
Se podía esperar una mala temporada de Washington, pero pocos pensaban que iba a empezar tan mal y sobre todo desde tan pronto. La comparación más fácil y cercana la podemos hacer con los Charlotte Bobcats, los cuales firmaron hace apenas unos meses el peor balance de la historia (7-59). Esta temporada les están yendo mejor las cosas y ya están a un solo partido de igualar el número de victorias que en todo el año pasado (6-4). ¿Estarán siguiendo los Wizards los mismos pasos que su rival de división?
El enfado y decepción de la franquicia y de los aficionados está más que justificado. Con un bloque cada vez más compacto y con buenas adquisiciones como Trevor Ariza o Emeka Okafor, desde el Verizon Center pensaban que los Playoffs podía ser una realidad más cercana de lo que pensaban. Han pasado de la ilusión de una franquicia débil creyendo que salir del pozo era posible a olvidarse de ese sueño y de luchar con franquicias como Detroit, Toronto, Sacramento o New Orleans por no ser el peor equipo de la liga.
Este descalabro se entiende principalmente por las sensibles e importantes bajas del joven base John Wall (no ha debutado aún) y del pívot brasileño Nenê Hilario, que jugó el miércoles su primer encuentro en la derrota ante los Hawks (100-101, OT). Una vez los Wizards sienten los nuevos objetivos y tener una idea clara de hacia dónde tiene que tirar el equipo, veremos si son capaces de obtener algunas victorias que calmen el ambiente.
El mayor problema que podrían sufrir los del DC es entrar en un bucle de mentalidad negativa, que piensen que no pueden ganar y de salir sin motivación en la pista. Eso le pasó a Charlotte el año pasado, donde encadenaron 23 derrotas seguidas para cerrar el año. Si las opciones para jugar la postemporada se esfuman y sólo queda por delante salvar la dignidad del equipo, es probable que surjan problemas de vestuario, que incremente la tensión y que los jugadores sólo estén pensando en acabar la temporada para irse de vacaciones y olvidarse de todo un poco. De hecho, Paul Silas llegó a tener enfrentamientos con jugadores de los Bobcats en el vestuario debido a la frustración que acumulaban.
El próximo partido lo juegan este viernes precisamente contra Charlotte. ¿Llegará casualmente contra ellos la primera victoria? ¿O los ‘felinos’ hundirán más a los ‘magos’ en el puesto del que no salieron ellos en el curso pasado? “Estoy seguro de que estos chicos pueden ganar un partido. Cada vez que hay partido pienso que ese es el día, que lo vamos a conseguir”, dijo el head coach Randy Wittman tras la derrota contra los Pacers. Optimismo no le falta.
