Cuando dentro de 20 años alguien nos pregunte por la temporada 2012, seguramente el primer pensamiento no será para la victoria de los Giants en las World Series o para sus remontadas durante las rondas previas en los Playoffs. Quizás hasta tengamos que mirar en Wikipedia (o la base de datos que se use en ese momento) para recordar que Miguel Cabrera logró la primera Triple Corona en 45 años al liderar la AL en promedio de bateo (.330), Home Runs (44) y RBI (139).
Creo que el primer recuerdo que venga a nuestras cabezas será que 2012 fue el año rookie de dos jugadores que, si son capaces de cumplir lo que promete su primera temporada, están llamados a definir los próximos años. Dentro de 20 años quizás se hayan convertido en los nuevos DiMaggio, Mantle o Mays y su nombre quede unido para siempre a la historia de su franquicias e, incluso, de todas las Majors. Hablo, por supuesto, de Mike Trout y Bryce Harper
Los dos jugadores tuvieron temporadas históricas, que les llevaron a ganar el premio al Rookie del año en sus respectivas ligas. En el caso de Trout, incluso estuvo a punto de llevarse el MVP. Vamos a ver como fue esta temporada inicial, para poder rememorarla dentro de 20 años.
Michael Nelson Trout nació hace 21 años en Vineland, New Jersey y fue seleccionado por los Angels con el pick 25 de la primera ronda del draft 2009. Tras un fulgurante ascenso por las Minors en 2011 debutó con el primer equipo jugando 20 partidos. Sin embargo, inició la pasada campaña en el equipo afiliado de Triple A. Eso no tardó en cambiar, ya que tras lograr un promedio de .403 en 20 partidos, el equipo de Anaheim lo llamó para que se convirtiese en una de las piezas claves de su lineup. Entonces comenzó una temporada para la historia.
El 28 de abril debutaba en Cleveland con 0 hits y un strikeout en cuatro at-bats. No obstante, poco tuve que ver este partido con el resto de la temporada en la logró una línea de bateo de .326/.399/.564 y 83RBI, anotando 129 carreras. Además logró 30HR y robó 49 bases, convirtiéndose en el primer rookie en lograr 30HR y 40 bases robadas en una temporada y el primer jugador de la historia de las Grandes Ligas en lograr al menos 30HR, robar 45 bases y anotar 125 carreras en una misma campaña. Su actuación fue tan espectacular que para muchos era el máximo candidato a llevarse el MVP de la AL, pese a que Miguel Cabrera logró la primera Triple Corona desde 1967. Al final se mantuvo la cordura y el venezolano se llevó el trofeo. No obstante, Trout quedó segundo en la votación, a lo que añadió el premio a Rookie del año de la AL, el Silver Slugger y una participación en el All Star.
Bryce Aron Max Harper nació en Las Vegas en 1992 y los Washington Nationals lo escogieron con el primer pick general en el draft de 2010. Bam Bam sólo necesitó 130 partidos en las Minors para convencer al club de que estaba listo para el gran espectáculo. Al igual que Trout, comenzó la temporada en las Ligas Menores, pero el 28 de abril (curiosamente el mismo día que su co-novato del año) debutaba ante los Dodgers con un hit y un RBI en tres at-bats.
Sus números el resto del año no son tan impresionantes como los de Trout, sobre todo debido a un pequeño bajón en julio y agosto. Sin embargo, fue capaz de terminar el año bateando .270/.340/.477 y 22HR, con 59RBI, 98 carreras anotadas y 18 bases robadas. Esto le valió el Rookie del año de la NL y una participación en el All Star.
En cuanto a sus equipos, tuvieron resultados dispares. Harper ayudó a que los Nats se clasificasen para los Playoffs por primera vez desde 1981, cuando el club estaba en Montreal. Los Angels se quedaron fuera de la postemporada por culpa de unos flojos abril y agosto, pero lograron tres victorias más que en 2011 y nueve más que el año anterior.
Sin embargo, quiero ir más allá de la importancia que tienen y tendrán para sus equipos. Quiero hablar de la repercusión que tendrán en y para la MLB. ¿A qué me refiero? Si pensamos en las dos últimas decadas de béisbol algunos nombre vendrán a nuestras cabezas: Chipper Jones, Mariano Rivera, Álex Rodríguez, Derek Jeter, Roger Clemens, (no me voy a meter a hablar de PEDs, de momento lo dejo a un lado), etc. Son los jugadores que han sido la cara visible del deporte, los iconos que atraían a los aficionados y con sus gestas y récords mantenían a la gente atenta al juego. El problema es que todos están retirados o en la parte de declive de sus respectivas carreras. ¿Que ocurriría si el día en el que todos estén ya disfrutando de sus pensiones en alguna mansión de Florida, no hay nadie que sea capaz de sustituirles y ser los líderes de una nueva generación?
Ésa será la labor de Trout y Harper. Liderar a la nueva hornada de jovenes talentos. Dar a los fans un tema del que hablar y un motivo para ir al estadio o encender la TV. No es éste el único deporte en el que ocurre. Fijáos en la NBA. La competición necesitaba a Magic y Bird para relanzarse, luego necesitaba a Jordan para seguir creciendo, luego a Kobe y Shaq y luego a LeBron y Durant. Todas la ligas necesitan que, cuando sus estrellas decidan retirarse, haya jóvenes dispuestos a asumir el liderazgo.
Ahora les toca a Mike y Bryce en la MLB. Según se vayan retirando los actuales símbolos, deben asumir el deber de rejuvenecer la liga, mantenerla estimulante para los aficionados de toda la vida y atraer las nuevas generaciones, dándoles nuevos ídolos a los que animar. Son algo así como el método anti-edad de la liga. La versión «beisbolística» de la crema que anuncia Martina Klein (nueva norma en la columna: además de estar prohibido meterse con los Mets, está terminantemente prohibido hablar mal de Martina. Es la musa de la columna). Si no lo hiciesen y ARod y Mariano no tuviesen sustitutos, la liga acabaría marchitándose.
En una época en la que el football ha arrebatado al national pastime el título de deporte más popular en USA esta labor es más importante que nunca. Deben lograr que la gente continúe hablando de béisbol y que los padres y madres quieran llevar a sus hijos a los estadios. De momento están haciendo una gran labor. Su excelente rendimiento en el campo, ha hecho que adquieran una gran relevancia entre los aficionados a los deportes estadounidenses y que cualquier noticia relacionada con ellos sea importante, como la decisión de Trout de ganar peso para intentar adquirir más poder de bateo. Además, entre los dos han sido capaces de acumular portadas de prestigiosas revistas como «Sports Illustrated», «ESPN The Magazine», «Baseball Digest», «Baseball America» o «Men´s Health»; protagonizar capitulos de «ESPN E:60» y que se hayan publicado libros contando su historia.
De todas formas, no todo el peso caerá sobre ellos. Estarán rodeados de una nueva generación de prospects que también darán que hablar. Manny Machado disputará su primera temporada completa con los Orioles, d´Arnaud debutará en mayo como muy tarde con los Mets y Jurickson Profar da motivos para seguir ilusionándose a los aficionados de los Rangers. También hay pitchers que poco a poco irán uniéndose a los grandes lanzadores jóvenes de hoy en día (liderados por Clayton Kershaw) como Dylan Bundy en los O´s, Trevor Bauer en los Indians o Zack Wheeler y Matt Harvey en los Mets.
Los aficionados al béisbol podemos estar tranquilos. El relevo generacional parece garantizado. Los periodistas tendrán un motivo para hablar del deporte y nosotros una excusa para no perdernos un partido. Ahora «sólo» les queda tener una buena carrera deportiva, para así dejarnos grandes momento de los que hablar a las nuevas generaciones y decirles con orgullo que vimos el año del debut de Mike Trout y Bryce Harper.