Muchos niños y niñas deportistas, durante su infancia, son convencidos por sus padres y entrenadores que con trabajo duro y dedicación pueden llegar un día a ser atletas profesionales. Si bien es cierto que la idea es bonita, también es verdad que es un poco engañosa y lejos de la realidad, sobre todo cuando hablamos de nuestro caso, el de la Major League Baseball.
De los 455.300 estudiantes que juegan a béisbol durante la secundaria en Estados Unidos, sólo el 5,6 por ciento terminan jugando en un equipo universitario. De ese 5 por ciento, sólo el 10 por ciento termina siendo drafteado por un equipo de las Grandes Ligas. Por si no fuera poco, de todos los jugadores de las ligas menores, sólo el 10 por ciento llegará a debutar en el Show propiamente dicho. No obstante, no todos los jugadores que debutan en las Mayores acabarán por tener el mismo impacto en la liga. Si tal y como acabamos de observar, el simple hecho de debutar en las Grandes Ligas ya es un objetivo al abasto de unos pocos afortunados, el hecho de mantenerse es aún más complicado.

Detrás de los MVPs, All-Stars e incluso de los titulares se esconde un grupo de jugadores conocidos en el mundo del béisbol como los AAAA players o Four A players. Según Baseball Reference, un Four A player es un jugador sobresaliente a nivel de Triple A (la última categoría en las ligas menores) pero que tiene problemas constantes para tener éxito al más alto nivel, ya sea debido a la falta de una de las cinco herramientas principales (bate, power, brazo, velocidad y fielding) o simplemente por mala suerte. Muchos seguidores de las sabermetrics cuestionan la idea de que haya jugadores que puedan dominar los niveles más altos de la ligas menores pero ser incapaces de mantener su producción en las Grandes Ligas. Estos opinan que los equipos tienden a renunciar a sus jugadores demasiado rápido, dejando a un importante grupo de jugadores con mucho potencial sin oportunidades para producir constantemente a nivel de MLB. Bill James conoce a tal grupo por el nombre de «Ken Phelps All-Stars», en referencia a un jugador de los 80, Ken Phelps, quien obtuvo buenos resultados en las Mayores cuando se le dió tiempo de juego regular, después de múltiples años dominando la competición a nivel de Triple A .
Hay varios jugadores actualmente establecidos a nivel de Grandes Ligas cobrando millones y que sorprendemente en algun punto de sus carreras habían sido identificados como Four A players. Los All-Stars Nelson Cruz y José Bautista son los ejemplos actuales más claros de que se puede salir del «agujero» y brillar al máximo nivel.
El primero, por ejemplo, llegó al Show de la mano de los Brewers (después pasó a los Rangers) con 24 años, aunque durante sus primeras cuatro temporadas solamente recibió 557 turnos al bate que resultaron en 22 home runs, un promedio de bateo de .251 y ni más ni menos que 147 ponches. ¿Y en su quinta temporada? Se convirtió en un fijo en la alineación, además de ser nombrado All-Star y batear .260 con 33 jonrones con 20 bases robadas, un plus para un jugador que solo había robado seis en las Majors hasta el momento. A fecha de hoy, el dominicano ha pegado 247 long balls y ha sido escogido para cuatro Partidos de las Estrella. Nada mal para un jugador para un jugador que parecía predestinado a permanecer en el purgatorio de la MLB durante toda su carrera.
José Bautista, por su banda, fue seleccionado por los Pirates en la vigésima ronda del draft del año 2000. Puesto que el dominacano no era considerado una brillante promesa ni había jugado más allá de Single A en las ligas menores, a sus 22 años, la franquicia de Pittsburgh decidió hacerlo elegible para el Rule 5 Draft donde fue seleccionado por los Baltimore Orioles, con quienes debutó en la MLB. El mismo año 2004 jugó en las Grandes Ligas con Tampa Bay antes de regresar a los Pirates. Debido a su inexperiencia, su primera campaña completa no llegó hasta 2006 y después de verse obligado a jugar en múltiples posiciones, por fin el año siguiente consiguió establecerse en tercera base y hacerse con la titularidad. Incluso así, su bate nunca terminó de arrancar y como consecuencia perdió su lugar en el equipo, siendo traspasado a los Blue Jays en agosto de 2008. En Toronto también se le asignó el rol de reserva, pero una serie de circunstancias hicieron que Bautista fuera titular durante la recta final de 2009, en la cual, en 111 turnos al bate y 26 partidos, pegó 10 cuadrangulares mientras su promedio de bateo no bajó de los .250 puntos. Este punto ha sido sin lugar a duda el inicio de seis All-Stars consecutivos para el dominicano, el cual, además, ha liderado la liga en HRs en 2010 y 2011.
Como se puede observar y ya sabemos, el béisbol no es un deporte inmediato, es de cultivo durante los años, desde los jóvenes que se les abona y riega en los farm systems de las franquicias hasta que llegan a las Mayores, hasta los jugadores que parece que se pasan de rosca en las Menores. La suerte en el béisbol se llama paciencia.