Apenas ocho propietarios de los treinta y dos tienen la etiqueta de billonarios tal como se deduce del informe que hizo Forbes sobre la situación económica de la MLB; el incremento en la complejidad de este negocio ha llevado a propiedades limitadas y aproximaciones de negocios con corporaciones. Esta cifra de ocho dueños billonarios es la menor dentro de las cuatro grandes ligas profesionales de deportes de Estados Unidos.
Ni siquiera se puede considerar esto al hombre con mayor sanidad en su cartera de la MLB, Hiroshi Yamauchi, quien construyó Nintendo; oficialmente la casa de videojuego posee los Mariners y no Yamauchi; algo parecido pasa con John Malone y los Braves, quien lleva realmente las operaciones es Liberty Media. Yamauchi y Malone son los dos primeros en la lista de propietarios más ricos de las Grandes Ligas de béisbol, después viene Ted Lerner (Nationals) y Mike Ilitch (Tigers), Drayton McLane (Astros). Otros clubs, como los Mets, esperan la llegada de billonarios como Donald Trump o Mark Cuban, tal como se ha rumoreado.
Atrás quedan los tiempos de ‘los barones del béisbol’, aquellos donde los propietarios controlaban todas las facetas del club y llevaban aquellos con sus propias manos como si fuera un negocio pequeño; en parte, esa era se acabó con la muerte de George Steinbrenner el pasado verano. Una franquicia de béisbol tiene muchos desafíos, construcción de estadios, audiencia por Internet, networks regionales y, especialmente, el payroll. Hay que señalar que la MLB es una liga sin salary cap. Llegados a este punto, y con muchos equipos dentro de un mercado pequeño, tenemos dueños que buscan asociaciones con sus propias empresas, otras corporaciones y otros millonarios para sostener la situació económica del club.