The Extra 2%: How Wall Street Strategies Took a Major League Baseball Team from Worst to First de Jonah Keri.
¿Cómo competir contra unos equipos que tienen el presupuesto mucho mayor que el tuyo? ¿Cómo luchar ante unas desigualdades tan evidentes? Puedes rendirte y dejarte llevar por la inercia de «No Money, No Wins» o buscar los recovecos que puede ofrecerte la imaginación y los conocimientos en otras áreas, y aplicarlo todo al mundo del béisbol. No todo está inventado, ni todo se sabe, ni únicamente hay un camino y una manera de hacer las cosas. Innovar, arriesgarte, buscar, estudiar, leer… Como en la vida, en el mundo del deporte no hay una fórmula mágica que lleve al éxito, hay muchos caminos por recorrer que pueden llevarnos a conseguir lo que buscamos.
Este libro nos cuenta la historia de los Tampa Bay Devil Rays, el equipo con menor presupuesto de la MLB (valor del Equipo de $421 millones), que habita en la División Este de la Liga Americana junto a los New York Yankees (valor del Equipo de $2.090 millones -el que más-), y también andan allí los Boston Red Sox (valor del Equipo de $1.960 millones -el tercero en esta clasificación bancaria-). El equipo de Tampa pasó de ser el peor equipo de la Liga a conseguir ser el primero de esta complicadísima división dos veces (2008 y 2010) en tres años, el año 2007 un balance de 66-96 y el 2008 un 97-65, y desde ese año siempre han conseguido un balance positivo. ¿Cómo lo consiguieron? El libro de Jonah Keri nos lo cuenta, de forma amena, divertida, un libro imprescindible para los amantes del béisbol, para los estudiosos de la gestión deportiva y para los emprendedores, todavía queda mucho camino por recorrer.
Este libro no es «Moneyball», no va de buscar estadísticas de jugadores, ver las bases que roban y crear un mejor equipo. Nos cuenta la historia de un par de colegas de Goldman Sachs, Stuart Stenberg y Matthew Silverman, los dos sin ninguna experiencia en el mundo del béisbol, del general manager de los Devil Rays, Andrew Friedman, y el entrenador, Joe Maddon, de como buscaron conseguir ese extra 2% en cada faceta del equipo, de los jugadores al estadio, de los fans a la relación con la comunidad, para conseguir ser mejor que tu rival. Esa pequeña diferencia que separa la victoria de la derrota, convertir un 50-50 en un 52-48. Muchos partidos, muchos campeonatos se deciden por pequeños detalles, ese error, esa base por bolas, la base robada, la pequeña lesión… Buscaron el método para que todos esas menudencias (un 2%) estén de nuestro lado y no del lado del rival. Buscaron las respuestas en los conocimientos adquiridos durante años de trabajo en Wall Street, y buscando ser más inteligentes y creativos que sus rivales. Que a nadie asuste lo del Wall Street en el título, este libro no habla de teorías económicas, ni es un manual para consultores, es una historia real, y como dice el tópico, que supera la ficción.
El libro empieza contándonos la gestión de Vincent Naimoli, el primer propietario del equipo de Tampa. Un hombre de negocios, compraba empresas en quiebra, las reducía al mínimo tamaño para que pudieran seguir funcionando, y cuando la economía mejoraba vendía la empresa por más dinero del que le había costado, una filosofía que sirve en el mundo de los negocios pero no en el universo de los deportes. El equipo nació en el 98, él llevo las riendas hasta el 2005, con años «históricos» como el 2001, con 100 derrotas, o el 2002 con 106 derrotas. Con decisiones tan «geniales» como prohibir a los trabajadores del equipo utilizar Internet para las comunicaciones, todo debía hacerse con papel, y estamos hablando del año 2003. Quería introducir el béisbol en la comunidad contratando una banda escolar para tocar el himno nacional antes del partido y se le ocurrió la genial idea de cobrar la entrada a los músicos, The Star-Spangled Banner sonó por los altavoces, o colocar vigilantes en el campo para la gente que traía comida de casa y expulsarlos del campo si los pillaba, o hacer pagar un impuesto a cualquier negocio local que utilizara el nombre de los Devil Rays. Evidentemente el estadio cada día estaba más y más vacío. Los de Tampa eran el hazmerreír de la MLB, el outfielder de los Angels Torii Hunter dijo que prefería que le lanzará Randy Johnson una bola rápida a la chola antes que jugar para los Rays.
Sterberg era un hombre de Wall Street, no el típico tiburón que quiere ganar una fortuna cada día, su estrategia estaba basada en una virtud en desuso, la paciencia. Invertía a largo plazo, cada paso pensado para el futuro, sin dejar nada al azar, minimizando riesgos y recogiendo los frutos tiempo después. El entrenador, Joe Maddon, es un hombre que llevaba más de 30 años trabajando para Los Ángeles Angels, pero no es un entrenador tradicional, siempre busca innovar y sabe como transmitir su filosofía a los jugadores.
Los nuevos propietarios cambiaron las cosas, cambiaron el logo del equipo, para desvincularse de la anterior gestión, hicieron el estadio más divertido, con más actividades extradeportivas, pidieron el feedback a los empleados, que tenían muchas ganas de hablar, después de que Naimoli no les dejara decir ni una palabra de como llevar el equipo. Reformar el equipo fue otra historia. utilizaron el arbitraje para reforzarse bien y a buen precio. Y a diferencia los los Athletics que encontraron su mina en los bateadores, ellos encontraron otra deficiencia del sistema, la defensa, contrataron a jugadores que destacaban por su gran capacidad defensiva. El haber sido los peores durante años también les daba la ventaja de tener primeros picks del Draft, jugadores jóvenes que necesitaban verse rodeados de buenos jugadores para crecer. Su fórmula: Arbitraje + Jugadores Defensivos + Draft = Éxito. La duda es ver hasta cuando funcionará el sistema, los de Oakland llevan años en la élite, ¿serán capaces los de Tampa de conseguir estar tantos años con un récord positivo en una división tan complicada?