Zach Greinke, 26 millones, Adrián González, 22 millones, Matt Kemp, 21 millones, Carl Crawford, otros 21 millones, Josh Beckett, 17 millones, Hanley Ramírez, 16 millones. Esta no es la lista de los ganadores de la lotería de California, ni el total de seguidores en Twitter, Facebook, Instagram de los citados deportistas. Detrás de cada palabra “millones” debemos añadir un símbolo, el símbolo que todo lo mueve. El símbolo del dólar. Son los salarios que recibirán las estrellas de Los Angeles Dodgers en la temporada 2014.
La llegada de los nuevos propietarios Mark Walter, Magic Johnson, Stan Kasten, Peter Guber, Bobby Pattona y Todd Boehly (Guggenheim Baseball Management) en 2012 provocó un tremendo cambio de rumbo en la franquicia angelina. La política de los nuevos propietarios es clara, hay que ganar sin importar el precio que conlleve esta victoria. Los Dodgers son un club de gran mercado y como tal, ha de aspirar y pelear siempre por el cetro de las Series Mundiales. Tienen la obligación de llenar de ilusión y espectadores el faraónico ballpark californiano. De conquistar el título veintiséis años después. Las circunstancias, de una hipotética victoria esta temporada, serían claramente diferentes a las de aquella serie contra los A’s de Tony La Russa, Canseco, Welch y Mark McGwire en 1988. Por aquel entonces, se vivían los años de la decadencia de Fernando Valenzuela, la fernandomania se apagaba, precisamente aquella temporada Valenzuela se quedaba fuera del roster que disputaría la postemporada, Pedro Guerrero era traspasado a los Cardinalds en julio…pero bajo el liderazgo del que sería MVP de las World Series, Orel Hershiser, Gibson y Tommy Lasorda desde el banquillo consiguieron la victoria en octubre.
En la lista de estrellas, antes mencionadas, que forman el roster de los Dodgers de 2014, faltan nombres que no por ganar menos dólares tendrán una importancia menor durante la temporada, todo lo contrario. Su aparición el año pasado fue mastodóntica, entró por la puerta grande en la MLB, despertando un fenómeno social y deportivo comparable con el que despertara el mítico Fernando Valenzuela en 1981. Por supuesto, estoy hablando de Yasiel Puig (23 años) y su completo arsenal beisbolístico que le hizo y le hace merecedor de comparaciones con el mítico Joe DiMaggio, como ya reflejó en verano Jon. El cubano es un jugador muy joven, y fruto de esa inexperiencia vital ha cometido y cometerá errores. Errores que no pueden pasar desapercibidos pero tampoco pueden granjearle ni mala fama, ni días alejado de los campos de juego. Por favor Donnie Baseball, no más castigos a Puig esta temporada.
Si Yasiel tiene que ser el líder desde el home plate, desde el montículo de lanzadores será, una temporada más, un pitcher que no aparecía en la relación de estrellas mejor pagadas hasta la semana pasada. No es otro que Clayton Kershaw. Decir que este pasado fin de semana recibía de las manos de Sandy Koufax su segundo premio Cy Young, sería más que suficiente para reflejar la relevancia y calidad de este jugador. Pero no podemos dejar a un lado ni sus números en sus seis temporadas en la liga: 77 victorias, una ERA de 2.60 (1.83 en 2013), 1.206 strikeouts en 1180 entradas lanzadas; ni su edad, veinticinco años. Nació en marzo 1988, meses antes de que los Dodgers consiguieran su último título mundial. Éstos y otros factores lo convierten en el mejor lanzador de las Ligas Mayores. Dejar escapar al mejor pitcher no sería un movimiento muy inteligente por parte del front office de los Dodgers. ¿Cuánto le ofrecerían al número 22 para que no saliera al mercado?
Magic Johnson y sus compañeros de viaje tienen claro que quieren ganar y quieren ganar cuanto antes. Con esta premisa, es completamente lógico que los angelinos se postularan como uno de los posibles destinos de Masahiro Tanaka. Todos los informes y estadísticas avalan que el japonés es un ace que está destinado a dominar la liga desde el montículo, con lo cual la adquisición del agente libre nipón supondría un refuerzo de gran calidad para una rotación que ya asusta, Kershaw, Greinke, Ryu, Haren, Beckett…
Tanaka encajaba a la perfección en la idea de equipo de los propietarios del conjunto, que tuvo su sede en Brooklyn, hasta su reubicación nada fortuita en Los Ángeles, en búsqueda de un mercado mayor y no tan explotado como el neoyorquino. Pero first things first. Días antes de que la decisión de Masahiro fuese anunciada, Clayton firmaba un nuevo contrato que le garantiza que seguirá lanzando en el Dodger Stadium hasta 2020, a cambio de 215 millones de dólares, lo que hace una media de 30 millones por temporada, superando el contrato récord de un pitcher, anteriormente en los bolsillos de Justin Verlander.
Como ya todos sabemos, finalmente el japonés ha firmado por los New York Yankees a razón de 155 millones de dólares, para las próximas siete temporadas. Los del Bronx se han impuesto en la puja a los propios Dodgers, Cubs, D-Backs, White Sox y Astros, gracias a, según las palabras del propio Tanaka, “fueron los que más me valoraron”. Seguro que hay, como mínimo, ciento cincuenta y cinco millones de razones más que ayudarían a explicar el por qué acabará lanzando en el Yankee Stadium. Si el contrato es excesivamente oneroso o no, sólo se sabrá con el tiempo, dependiendo del rendimiento desde el montículo del jugador de veinticinco años. No cabe duda que su repertorio de lanzamientos y sus números en Japón, le hacen merecedor del mismo. Pero no podemos olvidar que nunca ha lanzado fuera su país, exceptuando su participación en el World Baseball Classic, y la MLB se caracteriza por ser una competición con altos niveles de presión y facilidad para engullir estrellas jóvenes, que acaban deambulando de equipo en equipo.
El movimiento de los Dodgers, adelantándose a la decisión de Tanaka, para firmar a Kershaw es digno de recibir la calificación de maestro. Si Tanaka es merecedor 155 millones, ¿cuánto merece realmente Clayton? Las exigencias del pitcher oriundo de Texas, podrían haber subido de manera exponencial tras conocerse las cifras del contrato del lanzador del país del Sol Naciente.
De lo que no queda duda es que, tras las comentadas firmas, se ha desatado algo que podríamos denominar el efecto Tanakó.
Hasta el pasado día 22 de enero de 2014, día en que Ken Rosenthal adelantaba la decisión del nipón, el mercado de agentes libres de lanzadores se centraba en la figura del nuevo jugador de los Yankees. Una vez que la gran estrella ha encontrado acomodo, los equipos con grandes carencias en su rotación se han puesto en movimiento, en la búsqueda de la pieza o piezas que les faltan. Ahora ha llegado el momento de que las piezas, pitchers de probada calidad que continuaban sin tener claro su futuro, empiecen a caer. Balfour, que vuelve a Tampa, ha sido la primera. La segunda es Garza, que ha firmado por los Brewers (4 años/50 millones de dólares), que necesitan reforzarse para competir en la división con más nivel de la NL.
Todavía no conocemos cuál será el destino de otros lanzadores como Ervin Santana, Bronson Arroyo, Ubaldo Jiménez o A.J. Burnett, pero es cuestión de tiempo que estas piezas caigan.
Si preguntamos a los aficionados, todos dirán que sus equipos necesitan refuerzos para su rotación y su bullpen. Pero sin duda hay equipos que lo necesitan más que otros, como el caso de Arizona, si quiere competir con los Dodgers; Toronto o Baltimore, aunque los Orioles parecen tener un plan que sólo ellos entienden; o por supuesto, el gran pelotón de equipos que acumulan registros perdedores. El problema que tienen estos últimos clubs está muy claro, si gastan una millonada en un sólo jugador, ¿cómo arman el resto equipo?
Es evidente que nos encontramos en un momento en el que se está abriendo una brecha financiera, aún mayor, entre franquicias de la MLB. La gran mayoría de organizaciones no pueden competir con el poderío económico de Yankees, Dodgers, Red Sox, Phillies…
Uno de esas organizaciones incapaz de desembolsar grandes sumas es Tampa Bay Rays, que evitaban el arbitraje con el ganador del Cy Young en 2012, David Price, acordando un salario de 14 millones para este 2014. Esta cantidad es la mayor cifra que la franquicia jamás ha pagado a un jugador. Pero fruto del denominado Efecto Tanakó, y de que la agencia libre se divisa en el horizonte de Price, su traspaso no está, en absoluto descartado.
Los Rays tienen que competir con Boston y Yankees, y para ello necesitan al pitcher tres veces All-Star, pero las posibilidades de que termine la temporada en Tampa, son escasas. Las compensaciones que pueden adquirir por Price son cuanto menos apetecibles, para un club que es consciente que no puede costear ese tipo de contratos y que, a pesar de las diferencias abismales existentes, quiere jugar en octubre.
Con los Yankees aparentemente fuera de la ecuación; los antiguos pretendientes de Tanaka pueden y, probablemente, deben lanzarse a por la gran pieza de este dominó, David Price. D-Backs, Cubs, Angels, Texas… pueden ser lugares donde el pitcher, con la ERA más baja en la AL en 2012, encuentre acomodo. Pero si hay una organización a la que no podemos descartar si hablamos de grandes figuras, esa es la de los Dodgers y su deseo de dominar el mundo de béisbol. Si quisieran realizar la operación se verían obligados a dejar salir a prospectos de gran talento como Pederson, Lee o Seager, pero ¿serán capaces de resistir la tentación de conformar una rotación formada por Kershaw, Price, Greinke, Ryu y Haren o Beckett?
Queda menos de un mes para que comiencen los Spring Training y todavía hay muchos asuntos sin resolver sobre las mesas de propietarios y gerentes. ¿Qué pasará? Estaremos atentos a las consecuencias del Efecto Tanakó.