En los últimos artículos de la columna os he estado hablando de algunas estadísticas que se han creado en los últimos años y actualmente se utilizan para analizar a potenciales fichajes antes de decidir a quien contratar. Los equipos cada vez invierten más dinero en crear equipos de matemáticos para que desarollen estas estadísticas y ayuden al front office a decidir que jugadores merecen la pena.
Una vez hecho el análisis hay que acudir a donde el jugador y hacerle una oferta que le resulte atractiva. Si el jugador está considerado como miembro de la élite de su posición o de la liga, esta oferta va a resultar una enorme inversión y, además a largo plazo. Sólo este invierno hemos visto que los Angels firmaban a Josh Hamilton por 5 años y $125 millones, los Braves fichaban a B.J. Upton y Justin Upton por 5 años y $75 millones y 4 años y $48 millones, respectivamente. El año anterior, José Reyes se fue a los Marlins por 6 años y $106 millones y Albert pujols con 32 años firmó por los Angels por la friolera de 10 años y $250 millones. En 2007 los Yankees dieron a A-Rod un contrato de $275 millones y 10 años cuando éste ya tenía 32.
Como veis, es normal que los equipos quieran tomar todas las medidas posibles para asegurarse de que el Free Agent que fichan es la inversión correcta y van a obtener un resultado igual al dinero pagado. Pero por mucho que se esfuercen, muchas fómulas estadísticas que desarrollen y muchos scouts que utilicen, hay algo que nunca van a poder preveer. Algo que llega cuando menos lo esperas, que no se puede evitar y que puede mandar al traste cualquier contrato. Incluso, dependiendo de la importancia de ese jugador en la plantilla, puede mandar al traste toda la temporada del equipo. Me refiero, por supuesto, a las lesiones.
Este año ya hemos tenido algunos ejemplos de jugadores fichados hace poco por sus clubes, ya sea directamente como Agentes Libres o mediante traspasos en los que han tenido que dar a bastante prospectos, que se han lesionado en el primer mes de competición, afectando al resultado final de la temporada. Las lesiones van desde las leves que mantendrán a los jugadores fuera poco tiempo y las graves que les harán perderse buena parte de la temporada, a las directamente absurdas.
En el grupo de las leves el caso más relevante sería el de Michael Bourn. El centerfielder firmó esta offseason un contrato por cuatro años y $47 millones con opción a otro más por $12 millones. El pasado 14 de abril Bourn fue pisado en la mano por Matt Thornton cuando se lanzó a la primera base y se cortó un dedo. Recibió cinco puntos de sutura y fue enviado al DL de la que se espera que salga a finales de mes.
A priori, su ausencia no tendrá un gran efecto en el resultado de la campaña de los Indians, ya que se ha perdido pocos partidos. Sin embargo, no hay que olvidar que Bourn estaba realizando una magníca campaña en el momento de la lesión. En 45 at-bats tenía una línea de bateo de .333/.375/.600 con 7 carreras, 2RBI, cuatro dobles, un triple y dos Home Runs; a lo que hay que añadir una base robada. Con esto sumó un bWAR de 0.9 en apenas 10 partidos. Aunque lo más probable es que no sea así, puede ser que este parón suponga un bajón en su rendimiento al ver obstaculizado su gran momento. Además, si a final de año, Cleveland no se clasifica para Playoffs, seguro que echará de menos la participación de Bourn en este inicio de campaña.
El caso más importante entre las lesiones graves es la de José Reyes. El dominicano llegó este año de Miami en un trade. Pese a que el contrato lo firmaron los Marlins, Toronto tendrá que absorver la ficha de los próximos cinco años, incluyendo $10 millones esta temporada (de los los de Florida pagarán $3 millones). Reyes se lesionó el tobillo a mediados de abril intentando robar una base ante los Royals y se estima que tendrá que estar fuera al menos hasta finales de junio.
Este caso sí que puede tener consecuencias para su equipo. Los Blue Jays lo trajeron para que se convirtiese en una de las grandes estrellas del roster y ejerciese de leadoff hitter principal. Su rendimiento este año estaba siendo magnífico con una línea de bateo de .395/.465/.526 con 5 carreras anotadas, 5RBI, 1HR y, sobre todo, 5 bases robadas. No es la primera vez que Reyes se lesiona pero desde 2005 sólo jugó menos de 126 partidos una vez, en 2009. Hasta el momento había acumulado un bWAR de 0.7 y en sus diez temporadas anteriores había acumulado un dato de 29.6; es decir, casi tres por año. Teniendo en cuenta que el shortstop se perderá aproximádamente un tercio del año, es de esperar que su ausencia suponga una victoria a su equipo.
No obstante, puede que las consecuencias sean peores. En el momento de la lesión, Toronto tenía un record de 5-6 después de un inicio flojo de R.A. Dickey, Emilio Bonifacio, Brett Lawrie, Mark Buehrle o Brandon Morrow, por lo que la pérdida de esta estrella no iba a ayudar a reanimar al equipo. Para sustituirle, los Blue Jays tuvieron que llamar de AAA a Munenori Kawasaki, que aunque no lo ha hecho mal, no está al nivel del dominicano ni en las bases (5 bases robadas por una del japonés en casi el mismo número de partidos), ni con el bate (OPS+ de Reyes: 172, OPS+ de Kawasaki 92). Maicer Izturis, que tendría que asumir el liderazgo en el interior del infield, está teniendo el peor año de su carrera y el pitcheo titular sigue sin mejorar el nivel mostrado a principio de año. Con todo esto, Toronto acumula un record de 3-5 desde la lesión y eso en una división tan apretada como la AL East puede acabar con todas las opciones de un equipo diseñado para ganar.
El problema no es sólo deportivo, también económico, ya que teniendo en cuenta que los de Canadá tienen que pagar $7 de los $10 millones del sueldo del dominicano este año, básicamente van a pagar $3 de esos millones por tener a un jugador lesionado por una jugada fortuita que no se podía preveer ni evitar.
Y es que si tu estrella, ésa a la que estás pagando una gran suma se lesiona en una jugada fortuita, no se puede reprochar nada. Son riesgos inherentes a cualquier práctica deportiva. Pero ¿qué pasa si un jugador se lesiona en un acto absurdo, completamente evitable? Sí, me estoy refiriendo a la gran pelea el pasado 11 de abril en el encuentro entre Dodgers y Padres.
Zack Greinke, el fichaje estrella de los angelinos se rompió la clavícula debido a un golpe dado por Carlos Quentin después de ser golpeado por un lanzamiento del pitcher. El ex-lanzador de los Royals no podrá volver a jugar hasta finales de mayo, después de que ser contratado como Agente Libre por 6 años y $158 millones. El jugador se lesionó en el que era su segundo partido del año en el que llevaba unas magníficas estadísticas de 11.1IP, 10 K, un ERA de 1.59 y un WHIP de 0.706. Es verdad que el tamaño de la muestra es pequeño, pero un record en su carrera de 92-78 y un ERA de 3.75 hacen pensar que sus estadísticas no iban a empeorar demasiado.
Desde su lesión los Dodgers acumulan un record de 2-7 y varios de los sustitutos que tenía el club si se lesionaban los lanzadores titulares, como Chris Capuano o Ted Lilly también han acabado en la Disabled List, acabando con la profundidad de banquillo que yo elogiaba a principios de año. Con Matt Kemp, Andre Ethier, Josh Beckett, Hyun-jin Ryu y gran parte del bullpen sufriendo un lento inicio de año, los californianos hubiesen agradecido las 3.12 victorias sobre los jugadores de reemplazo que ha aportado Greinke de promedio por temporada a lo largo de su carrera.
Durante los dos meses que esté fuera de los terrenos de juego, Zack va a costar unos $5 millones a su equipo. Millones que no generarán ningún rendimiento. Es cierto que con un payroll total de más de $220 millones, cinco no parecen mucho, pero ahora es cuando empezamos a hablar de como se produjo la lesión.
Desde la pelea tanto los clubes, como los jugadores se han posicionado, cada uno obviamente defendiendo a su parte. Los periodistas también se han posicionado. Algunos han apoyado la teoría de que, debido al gran control que demuestra Greinke siempre al lanzar, un hit by pitch es algo rarísimo, por lo que debía ser premeditado. Además argumentaban que cuando la bola impactó con Quentin el pitcher se encaró con él y le provocó, lo que le convertía en el culpable de la pelea.
Otros han dicho que, debido a la posición que suele adoptar en el batter´s box, el outfielder de los Padres es uno de los jugadores que más veces son golpeados (a lo largo de sus 8 años de carrera ha sido objeto de 116 HBP), por lo que enfadarse por uno más era absurdo y que si no hubiese mirado de modo intimidatorio a Greinke, no se hubiese iniciado la pelea, añadiendo que la culpa suya. Yo prefiero que seais vosotros los que decidais tras ver el video.
La gran pregunta en mi opinion es la siguiente: teniendo en cuenta las negativas consecuencias que puede tener esta lesión para el equipo de Los Angeles, tanto deportiva como económicamente ¿qué debería pasar con Quentin? El jugador de la franquicia de San Diego fue suspendido durante ocho partidos y algunos ya se han lanzado a decir que es una sanción demasiado corta. Don Mattingly, manager de los Dodgers sugirió nada más terminar el partido que Carlos Quentin debería estar sancionado hasta que Greinke pudiese volver a jugar y no son pocos los medios de comunicación que le han apoyado.
Sinceramente, esa me parece una opción exagerada. Mattingly sugería que Quentin se pasase sancionado ocho semanas, el tiempo que se calcula que estará fuera el pitcher. Una sanción más adecuada serían 11 partidos. Al ser Greinke un pitcher titular, sólo juega cada cinco días y en ocho semanas podría tener unas 11 titularidades.
En una lesión fortuita como la de Bourn o Reyes nadie tiene la culpa. La lesión es algo a lo que se exponen todos los jugadores. Sin embargo, el caso de Greinke es muy distinto. Fue debido a una pelea, algo perfectamente evitable. Será muy difícil ponerse de acuerdo sobre quién es el culpable, cada parte dará su versión. Por una vez, hagamos caso a la sabiduría popular. Todos conocemos el dicho de dos no se pelean si uno no quiere. Por tanto, me parecería justo que las dos partes se perdiesen la misma cantidad de partidos, incluso añadiendo alguno más a modo de sanción por mala conducta.
Pero eso sólo cubriría la parte deportiva, ¿y la económica? ¿Qué pasa con el dinero que pierden los Dodgers? Pues voy a soltar una idea que puede resultar polémica, a ver si así creo un poco de revuelo. ¿No sería justo que, en un acto evitable en el que cualquiera de los dos pueden tener la culpa, ambas partes se hagan también cargo del salario perdido? Me parecería una buena idea que para evitar peleas en el futuro, se diese a los jugadores donde duele: en la cartera. Si los Dodgers van a a perder $5 millones, quizás se podría descontar ese salario, o por lo menos parte, del sueldo de Quentin y Greinke. Otra opción sería que los Padres se encargasen de $2,5 millones y los de Hollywood de la otra mitad.
No digo que haya que aplicar esto a todas las lesiones, ni mucho menos. Sólo a las derivadas de estas acciones, que se podrían haber evitado, sólo con que uno de los dos no quisiese pelearse.
En definitiva, lesiones hay muchas a lo largo de una temporada de MLB. Algunas más leves y otras más graves. La gran mayoría fortuítas. Una pequeña parte derivadas del mal comportamiento de los jugadores y que en una situación normal no tendrían que haber ocurrido. Estas son las que de verdad hacen daño a una franquicia, a su payroll y a la MLB.