La Australian Baseball League (ABL) no tiene el glamour, el potencial financiero, ni tampoco el nivel beisbolístico de la NPB, KBO o CPBL. Contó con el apoyo de Major League Baseball para su relanzamiento y primeros pasos. Hoy en día, la ABL es el hogar en donde muchos prospectos de MLB eligen para pasar el invierno beisbolero en actividad y es el lugar en donde la Federación Australiana de Béisbol desarrolló a sus peloteros para la competencias internacionales de Team Australia.
La liga
La actual Australian Baseball League tuvo una predecesora bajo el mismo nombre,impulsada por el ex-MLB australiano Dave Nillson, pero lamentablemente la iniciativa solamente tuvo diez años de vida (1989-1999). Tuvo que cancelarse por problemas financieros y de sostenibilidad de la organización. En 2009 volvió a refundarse gracias al esfuerzo conjunto de la Australia Baseball (Federación Australiana de Béisbol), Major League Baseball y el Gobierno Federal de Australia, siendo sus franquicias fundadoras Adelaide Bite, Brisbane Bandits, Melbourne Aces, Canberra Cavalry, Perth Heat y Sydney Blue Sox.
El apoyo de MLB
No cabe duda que el resurgimiento de la ABL y su actualidad se debe al impulso y a la ayuda que le brindó Major League Baseball que en su momento fue dueña del 75% de la liga. La mayor parte del apoyo financiero que llegó desde los Estados Unidos consistió en fondos para construir o remodelar estadios e instalaciones en las ciudades que contaban con poca infraestructura para desarrollar el juego. Otra parte fundamental de la alianza MLB-ABL fue la llegada de prospectos de Ligas Menores para reforzar y completar los rosters de los equipos de la liga.
En 2016 Major League Baseball decidió dar un paso al costado como dueño de la liga y cortar su aporte financiero a la misma y rediccionar su inversión en pos de incrementar el desarrollo de la pelota en el país a través de academias. Desde la temporada regular 2016-17, la Federación Australiana de Béisbol es la dueña exclusiva de la ABL.
El formato de competición
A partir de la temporada 2018-19 se sumarán dos franquicias de expansión. Hace pocas semanas Cam Vale (CEO de Baseball Australia y la ABL) anunció l incorporación de un equipo de Corea del Sur integrado en su totalidad por peloteros asiáticos y una novena en la vecina Nueva Zelanda. La incorporación de las mencionadas hizo que la liga cambiara su formato y se crearan dos divisiones con cuatro equipos cada una (ver imagen de abajo).
La temporada se extiende de noviembre a febrero, con diez semanas de competición de 160 partidos en total para su temporada regular. El calendario está construido para que los equipos tengan series de cuatro encuentros entre sí de jueves a domingo. La configuración de los partidos juegos es flexible y se adaptan a la conveniencia de cada franquicia, originándose ocasionalmente dobles carteleras los días viernes y sábados.
Los Playoffs hasta el año pasado lo jugaban los cuatro mejores clasificados que se enfrentaban entre sí en las semifinales de la liga a serie de tres partidos entre sí. La final se juega al mejor de cinco partidos y está en disputa el Claxton Shield. Los Brisbane Bandits son actuales monarcas derrotando en tres encuentros a la franquicia de Canberra para cosechar su tercer campeonato consecutivo de la ABL.

El nivel de competición
En la ABL, alrededor del 70% de los jugadores son nativos y el resto son foráneos mayoritariamente que llegan desde los equipos de Ligas Menores de MLB. También es frecuente ver en los rosters jugadores coreanos, japones y taiwaneses. Sin duda que su nivel de juego está varios escalones por debajo de la NPB y la KBO, quizás sí más cerca de la pelota profesional taiwanesa.
Habla Luke Wilkins, pitcher de los Sidney Blue Sox, con experiencia en las Ligas Independientes de Estados Unidos:
«La mayoría considera a la ABL en cuanto a su nivel como una Clase A (Avanzada) o AA. Pero una alineación con uno o dos ex-big leaguers o buenos prospectos de Doble A puede ser bastante pesada y acercarse al talento de AAA.»
Chirs Coleman periodista que sigue la ABL:
«Posiblemente puedas comparar la liga con la pelota de AA de las Menores, pero es bastante variable. Las franquicias tienen en sus rosters jugadores de Clase A (baja) hasta con experiencia en MLB. También hay peloteros locales sin experiencia en el exterior y jugadores recién salidos de las universidades. Eso es una de las grandes cosas de la liga. El año pasado tuve la oportunidad de ver un par de talentosos adolescentes lanzarle a jugadores ex-MLB y cuando un chico poncha a un ligamayorista genuino es hermoso de ver.»
La liga en números
La Australian Baseball League le cobra a los dueños de sus franquicias una licencia anual de 60.000 dólares australianos (unos $57.000) que se destinan para pagar los gastos operativos de la liga, el transporte de los equipos, los uniformes, el streaming de los juegos, y el salario de los umpires y los anotadores. Este año la liga tiene otorgada las licencias a siete de los equipos. La única franquicia sin licencia es la ubicada en la ciudad Melbourne, la cual es manejada conjuntamente por la ABL y Baseball Australia.
Los equipos manejan presupuestos austeros. El año pasado el salary cap impuesto por la liga fue de 50.000 dólares australianos (unos $36.700). Se estima que un pelotero local puede estar cobrando mensualmente alrededor de $500 (la ABL no brinda información sobre éste tema). El sueldo quizás pueda elevarse un poco más para remunerar a los extranjeros asiáticos. Existe un rango salarial en el cual los equipos deben manejarse para negociar el sueldo de sus peloteros en lo que respecta a mínimos y máximos. Las organizaciones de MLB se hacen cargo de los gastos de los prospects que envían hacia la ABL.
En cuanto a los espectadores, en la temporada pasada un total de 98.397 fanáticos asistieron a los diferentes parques de la liga, siendo la ciudad de Perth la que mejor promedio tuvo con una media de 1.144 espectadores por encuentro. Luego le siguen Canberra (892), Melbourne (701), Brisbane (637), Sydney (636) y Adelaide (474). La ABL no atrae grandes masas de gente a sus estadios como lo hacen el rugby, el cricket to el Aussie Rules Football, pero son números bastante respetables en algunos casos; es llamativo que las dos ciudades más grandes el país son las que menos público atraen cuando juegan de local.
Los importados, los prospectos y los ex-MLB
Una de las ventajas de la sociedad ABL-MLB fue el puente de jugadores que se creó entre las franquicias australianas y la de Grandes Ligas para la llegada de prospectos desde su relanzamiento en 2010. Hasta el momento vieron acción aproximadamente de 840 peloteros, 500 de ellos profesionales, 54 con experiencia en MLB pertenecientes a 20 países. El límite es de 12 importados por equipos y dos de ellos deben ser oriundos de Asia.
Los meses en lo que se juega la temporada en Australia coinciden con la temporada muerta de MLB y MiLB, por este motivo es que muchas organizaciones envían a sus prospectos de Clase A o AA con rumbo a Oceanía para continuar su desarrollo. El año pasado la liga recibió prospects des Tampa Bay, Detroit y San Diego. Didi Gregorius, Ronald Acuña Jr., Rhys Hoskins, Keon Broxton, Brandon Maurer, Peter Moylan y Brandon Barnes fueron solo algunos de los jugadores que actualmente están en la gran carpa y pasaron por la ABL.
La pelota australiana también recibió (y recibe) a varios de ex-big leaguers como Loek van Mil, Donald Lutz, Travis Blackley, Luke Hughes y Delmon Young. Éste ultimo quizás el de más renombre y con más pedigree por haber sido primera selección en el draft (de 2003) y haber jugado casi nueve años en la gran carpa. El ex-jardinero/DH de Tampa, Detroit y Baltimore participó de la última edición de la ABL vistiendo los colores la franquicia de Melbourne. Según la prensa australiana, el pelotero jugó gratis ya que su objetivo era usar la liga como «vidriera» para estar en forma y llamar la atención de los scouts de MLB. Young no logró su cometido, pero sí firmó con los Acereros de Monclova de la Liga Mexicana de Béisbol.
El futuro
“El béisbol es el deporte número uno en Japón, Corea del Sur, y Taiwán en lo que se refiere a asistencia, participación y ratings de transmsiones. Mientras nosotros jugamos entre noviembre y febrero, estos países ricos en béisbol están buscando más partidos para ver y oportunidades para desarrollar a sus jugadores» –Cam Vale, CEO de la ABL.
La llegada de los nuevos equipos de Corea del Sur y Nueva Zelanda es solo el comienzo de la expansión que tiene en mente la Australian Baseball League. En lo que se refiere al crecimiento interno de la liga, tienen la mirada puesta en la región de Tasmania, así mismo en ciudades como Gold Coast, Lismore, Newcastle y Wollongong. En materia de crecimiento fuera de las fronteras del país apuntan a mercados fuertes como el japonés y taiwanés. En éste último, la ABL está analizando la posibilidad de participar parcialmente en la temporada de la CPBL con un equipo integrado por jugadores de la liga. Tampoco es descabellado pensar que podría haber equipos de MLB interesados en ser propietarios y así directamente tener una filial en la Australia, de hecho ya hace varios años que se planteó la hipótesis en el mundo de MLB.