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Contundente y arrollador fue la manera que Minnesota Lynx se llevó la final de la WNBA 2013, en un abrumador 3-0. La dinastía de este equipo dirigido por Cheryl Reeve ha cosechado su segundo título en los últimos tres años convirtiéndose de lejos en el plantel más ofensivo de la liga. Este último partido celebrado en el Gwinnett Center de Duluth, Atlanta, estuvo marcado por la actuación de Maya Moore, con 23 puntos y 3 rebotes en 30 minutos de juego. La jugadora oriunda de Connecticut termino siendo la MVP de las finales por su gran aportación en la temporada registrando 18.5 pts.
El Dream no se hizo esperar y tras un primer cuarto muy malo, cambió su imagen e intentó ser más agresivo en el segundo. La aparición de Angel McCoughtry (13 pts y 3ast) y Tiffany Hayes (20 pts y 5 rebs) equivalieron el tanteador la primera mitad, ya que la diferencia era tan solo de tres puntos. Sin embargo, Minnesota posee muchas más armas ofensivas que su rival, Seimone Augustus y Lindsay Whalen fueron las encargadas de llevar adelante a Lynx, quien mantuvo la cordura y la paciencia rumbo al final del encuentro.
Aunque fue el mejor partido de Atlanta en las finales, el equipo de Fred Williams está muy lejos en nivel. Angel McCoughtry no estuvo al nivel esperado en ninguno de los tres partidos, dado que la defensiva y la presión constante que tenía por parte de Minnesota le fue imposible mostrar su repertorio. Y, a medida que transcurrían los cuartos, la paciencia de la jugadora de Louisville se hacía notar en un equipo que falto coordinación y que en los últimos minutos, cuando el marcador se había acortado a solo 8 puntos, cometió errores que a esta altura no se pueden dar el lujo de errarlos.
Nuevamente, Lynx es protagonista de la WNBA. Segundo título en tres años para un equipo que va dar que hablar y que si no sufre modificaciones o ausencias, el año que viene volverá a ser protagonista de la liga de básquet femenina más importante del mundo.