El equipo texano vuelve de nuevo a las Finales de la NBA con su trío histórico a la cabeza: Parker, Duncan y Ginobili. Llegan con mucho menos desgaste que su rival, ya que han solventado dos de sus tres eliminatorias por 4-0 (incluido la última) excepto las semifinales de Conferencia con los Warriors que finalizó 4-2. No sabemos como le afectará a los de San Antonio haber estado tantos días inactivo esperando a que concluyese la Final del Este, pero puede que les beneficie el hecho de llegar más frescos y descansados que los Heat.
Los Spurs son un equipo que han funcionado muy bien durante la temporada regular, pero han incrementado su nivel y velocidad en estos Playoffs. Son un equipo temible por su calidad y su baloncesto, pero sobre todo por su juego en equipo, es muy difícil encontrarles un punto débil al que atacar para doblegarles. Si su “Big Three” particular mantiene la línea mostrada hasta ahora aumentarán las opciones de ganar el anillo. Lo que necesitan hacer los Spurs, y lo pueden hacer perfectamente, es ganar alguno de los dos primeros partidos de la serie en Miami para afrontar con muchas garantías los tres encuentros seguidos que se jugarán en San Antonio.
El objetivo, volver a recuperar el trono de la NBA que no ostentan desde que en 2007 derrotasen a unos Cleveland Cavaliers en donde jugaba precisamente LeBron James. Hay que tener en cuenta que han ganado las cinco Finales que han disputado en toda la historia de la franquicia. Si siguen con la racha, será el cuarto anillo que ganen en los últimos diez años y el quinto en catorce.