Temporada 1994-1995, Michael Jordan volvía de nuevo después de anunciar su retirada en el año 1993 tras ganar su tercer anillo. La causa fue la trágica muerte de su padre, asesinado en Carolina del Norte, desmotivado dejó el baloncesto y se dedicó a jugar al béisbol, su sueño de la infancia, pero con muy poca fortuna.
El 18 de Marzo de 1995 y por un boletín de prensa anunció su regreso a las canchas, pronunciando las soñadas palabras por parte de los seguidores de los Bulls: “I’m back”. Aquella temporada lució el número 45 en su espalda ya que el 23 estaba colgado en el techo del United Center.
A los 11 días después de anunciar su regreso, Michael le endosó 55 puntos a los New York Knicks en el Madison Square Garden, dando una asistencia a Bill Wennington a falta de 3 segundos que decidió el partido. El equipo de Pat Ewing y John Starks acabó absolutamente desesperado. Los que creían que tras un año y medio alejado de las canchas Jordan había perdido su grandeza, tuvieron que comerse sus palabras a ver tal exhibición. Pero aquella temporada Chicago cayó en segunda ronda de los Playoffs destrozados por unos Orlando Magic liderados por Shaquille O’Neal, muchos vieron aquello como el final de Jordan y de aquel equipo que ya poseían tres anillos pero aquel fracaso tuvo un efecto contrario.
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Michael Jordan se pasó todo el verano del 95 entrenándose como nunca para volver a dominar en la NBA. Los Bulls eran un equipo muy parecido al de la temporada pasada pero con un movimiento clave, hacerse con los servicios de Dennis Rodman que provenía de San Antonio Spurs enviando a Will Perdue a cambio. Fue un fichaje polémico a causa de la mala reputación de Rodman, sobre todo por su carácter y sus excentricidades. Con él en la plantilla cubrían la baja de Horace Grant y Bill Cartwright vía agencia libre. Aquel equipo de 1995/96 era sin lugar a dudas un equipo temible con muchas variantes en su juego. Con bases como Ron Harper, típico base alto de los que le gustaban a Phil Jackson, el gran tirador Steve Kerr (actual entrenador de los Warriors) gran tirador desde el perímetro con un 51.5% en tiros de tres y un 92.9% en tiros de libres, Scottie Pippen, el croata Toni Kukoc, el poder reboteador de Rodman y un pívot llamado Luc Longley,
Regular season
La temporada regular de los Chicago Bulls fue un camino de rosas. Acabaron la temporada regular con un balance de 72-10 (20 victorisa más que su rival de división, los Indiana Pacers) con un total de 32 victorias fuera de casa, lo que les colocaba como el mejor equipo y con el mejor porcentaje de victorias de la historia, logrando un promedio de 105,2 puntos por partido y dejar a los oponentes en 92,9 puntos. Combinando temporada regular y Playoffs el balance fue de 87-13.
Como era de esperar los Bulls arrasaron en los premios individuales. Jordan obtuvo su octavo título de máximo anotador (superando a Wilt Chamberlain) con un promedio de 30,4 puntos por partido, obtuvo su cuarto MVP de la temporada regular y fue incluido en el mejor quinteto de la Liga (junto con Pippen), en el mejor quinteto defensivo (con Pippen y Rodman) y MVP del All-Star de San Antonio. El croata Toni Kukoc fue nombrado mejor sexto hombre de la Liga, Dennis Rodman ganó su quinto título de máximo reboteador con 14,9 rebotes por partido, Phil Jackson consiguió el premio de mejor entrenador del año y Jerry Krause el de mejor ejecutivo del año.
Playoffs
El equipo de la Ciudad del Viento se enfrentó en primera ronda a los Miami Heat que tuvieron un balance de 45-37; fueron barridos 3-0 y por una diferencia de media de 15 puntos por partido. En seminales de conferencia se enfrentaron a los New York Knicks que derrotaron por 4-1, perdiendo solo un partido por 99-102 y en la prórroga con un triple final fallado por Pippen.
En la esperada final de conferencia se enfrentaron a los Orlando Magic de O’Neal y Hardaway, donde los Bulls pasaron por encima con un contundente 4-0; Orlando notó mucho la baja del pivot y ex Bull Horace Grant en aquellas finales. En el segundo partido los Magic se pusieron 18 puntos de ventaja con un gran Shaquille, pero Chicago ajustó la defensa sobre O’Neal en la segunda mitad y acabo adjudicándose el segundo punto de la eliminatoria. Jordan obtuvo su ansiada revancha de la eliminación por parte de los Magic en el año anterior y se plantaron en las Finales de la NBA donde les esperaba los Seatlle Supersoncis (64-18), que habían ganado las Finales del Oeste por 4-0 a los anteriores campeones de la NBA , los Houston Rockets.
Finales
Dos temporadas después de su último anillo, los Bulls eran los claros favoritos para llevarse el título. Se presentaban con un quinteto formado por: Ron Harper, Michael Jordan, Scottie Pippen, Dennis Rodman y Luc Longley, dejando en el banquillo a Steve Kerr, Toni Kuckoc y Bill Wennington como los jugadores más utilizados por el «Maestro Zen”. Se enfrentaban a los Seatlle Supersonics entrenados por George Karl; su quinteto estaba formado por Gary Payton, Hersey Hawkins, Detlef Schremph, Shawn Kemp y Erving Johnson. Como suplentes estaban (el ex-entrenador de Portland) Nate McMillan, Sam Perkins y Vincent Askew.
El primer partido fue un partido complicado para Bulls ya que hasta el último cuarto no consiguieron irse en el marcador, para acabar venciendo por un cómodo 107–90. El segundo partido fue muy ajustado, ya que los Bulls se impusieron por 4 puntos (88–92), con 29 puntos y 8 asistencias de Jordan.
Ya en el Key Arena de Seatlle para disputar el tercer partido, los Bulls no les pareció importar jugar fuera de casa, ya que se pusieron por delante desde el primer cuarto y acabaron venciendo de nuevo por 108–86 con un Jordan estelar con 36 puntazos. En el cuarto llegó esperada victoria para los Seattle, que pese a estar a un punto de perder la final, no tiraron la toalla y ganaron 107–86.
En el quinto los dos equipos flojearon mucho con unos porcentajes de tiro muy bajos, siendo Seattle el que se llevó el gato al agua por un resultado de 89–78 capitaneados por Gary Payton y Shawn Kemp, que hicieron soñar a los suyos con una posible remontada. Eso sí, si querían empatar la eliminatoria y ganar el anillo tendría que ser en el United Center, donde era muy complicado para cualquier equipo sacar un resultado positivo.
En el esperado y sexto partido de las Finales, todos los jugadores de los Bulls mostraron su mejor versión y el equipo de la “Wind City” se llevó el partido por 87-75 (con 22 puntos de Jordan y 17 de Pippen), con una fantástica defensa.
Michael Jordan se llevó el MVP de las Finales con unas marcas de 27,3 puntos por partido y 5,3 rebotes, dando un golpe sobre la mesa haciendo saber a toda la NBA que volvían a recuperar el trono perdido. Aquello fue el inicio de una nueva dinastía donde llegarían dos titulos más a la vitrinas de los Chicago Bulls.