El Mundobasket (Mundial, Copa del mundo FIBA… como queráis llamarlo) de España ha llegado a su fin. Y los pronósticos, de todos aquellos seres humanos que se mantuvieron al margen del fervor y la virilidad ibérica que inundó cada uno de los rincones de nuestro país entorno a lo increíblemente buenos que eran nuestros jugadores, se cumplieron. Estados Unidos llegó y ganó. Fácil y con una humildad que a muchos de los aficionados, jugadores y entrenadores del país en el que me encuentro les faltó. Pero dejando a un lado el análisis puramente baloncestístico del campeonato, esta Copa del Mundo supuso un hito en la historia para todos aquellos amantes del deporte de la canasta americana. Después de 22 años, la selección americana de baloncesto pisaba suelo español. Día a día, el seguimiento de la liga en nuestro país es más alto y la cantidad de fans de la NBA, como el individuo que escribe este artículo y como tú, amigo lector, es mayor. Por ello, cuando Sabonis reveló en el año 2009 que nuestro país albergaría tal competición, el primer pensamiento que vino a las mentes de muchos de nosotros fue «sí, tengo que ver al equipo USA».
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Bilbao, Barcelona y Madrid. Las tres ciudades que han albergado los partidos de la selección estadounidense tienen el privilegio de ser las únicas en las que un equipo NBA ha jugado algún partido en nuestro país. Parece un dato anecdótico pero para nada lo es. El primer contacto del Team USA con el Mundobasket se produjo en el mes de octubre del pasado año con la visita a Bilbao de los Sixers y su enfrentamiento con el equipo local. En este partido estuvieron presentes emisarios de USA Basketball para inspeccionar el lugar que, a su modo de ver, sería el mejor para desarrollar su primera fase, ya que Gran Canaria se veía como segunda opción. Uno de los objetos más importantes de la visita de los de Philadelphia era el examen exhaustivo de las instalaciones del imponente Bilbao Exhibition Center. Un macrocomplejo polivalente que encantó a la comitiva venida desde Colorado y en la que, sin que se nos olvide, el peso de la dirección NBA es muy grande. He aquí el primer síntoma de que «Spain 2014» se estaba preparando minuciosamente. Sí. Es verdad. Ellos no tienen ninguna potestad para elegir sede alguna. Le toca a FIBA. Ya, claro.
Siguiendo por donde lo habíamos dejado, estas tres geniales ciudades se convirtieron en La Meca de los apasionados hinchas que deseaban ver a los Curry, Irving, Harden & Cia. Para muchos la primera vez que veían a jugadores NBA en directo. Para otros, que habían podido estar presentes en alguna de las mencionadas visitas del tour NBA Europe, en los juegos de Barcelona o en la cancha de alguna franquicia al otro lado del charco, otra oportunidad para vivir su pasión al igual que aquel que ve a Bruce Springsteen por enésima vez. Pero de las tres, si había una ciudad más emocionada esa era Bilbao. Tener la oportunidad de albergar cinco partidos asegurados de estrellas mundiales en un mismo lugar es un privilegio del que pocos pueden presumir y al que capitales mundiales como Madrid o Barcelona están más acostumbradas en todo tipo de ámbitos. Por este motivo, Bilbao se convirtió en la capital NBA del verano. Pasear por sus calles y cruzarte con chicos ataviados con las camisetas de sus ídolos era lo más habitual. Casi tanto como cruzarte con uno de los casi 5.000 finlandeses que durante dos semanas se convirtieron en la comunidad más destacada de la capital vizcaína. Y es que esa fue la primera gran sorpresa que nos tenía deparado nuestro viaje. La cantidad de jóvenes, viejos y niños uniformados con la zamarra blanca impoluta de la selección escandinava era sencillamente bestial. Al llegar a la Fan Zone situada en los aledaños del BEC, ese mencionado complejo polifuncional situado concretamente en Barakaldo, la duda de no saber si estábamos en el norte de España o en Helsinki fue grande, aunque el sol radiante y los 26 grados de media que protagonizaron esas semanas hicieron que no dudáramos en exceso.
Exceptuando este anecdótico caso, lo cierto es que mas que baloncesto, lo que olía era a NBA. Dos horas antes del partido, el ritmo funk y las armonías de blues del grupo «Vespa Groove» que amenizaba en los exteriores del BEC te sumergían ya en el ambiente al que querías ser expuesto por lo que, después de una ‘Bud’ y un perrito, entrabas en la cancha como si al paso de los acordes del «The Stars and Stripes Forever» fueses. Después de una larga cola, comentar con varios parroquianos las novedades de la liga y un par de vueltas de más al recinto, por fin vislumbramos la cancha en la que los jugadores estaban realizando una sesión de tiro previa al calentamiento. En la cancha, todos los jugadores de backcourt y en el vestuario tratándose las articulaciones estaban Faried, Davis, Drummond, Plumlee y Cousins. La intensidad era frenética. Curry y Thompson, este último con más acierto, fintando y tirando de dos y de tres. Harden e Irving ensayando lo mismo pero a la izquierda de la canasta. Rose haciendo muchos estiramientos y entradas a canasta. Rudy Gay demostrando una agilidad y un acierto en el tiro asombroso. Ambiente distendido pero sin risas. Mucho trabajo de manejo y de velocidad a la hora de armar el brazo. Y Krzyzewski con el semblante serio y muy concentrado, como a lo largo de todo el partido que posteriormente se desarrolló. Consultando muchos aspectos con Thibodeau y viviendo el encuentro y sus prolegómenos como si de una final se tratase.
Media hora de trabajo a un ritmo alto (tiempo contabilizado desde que habíamos entrado a la cancha y ya estaban de antes, algunos del lugar aseguraban que cumplieron una hora haciendo ejercicios) que chocaba con la apatía de sus contrincantes en labores similares. Terminado el tiempo, todos entraron al vestuario. Nos quedamos boquiabiertos. El comentario general era que estos chicos han venido en serio. Lo siguiente, con el paso de los días, se nos pasó a un segundo plano y es de sobra conocido. Calentamiento, fervor y entrega de la afición española, tanteo del rival en la primera mitad y estocazo en el tercer cuarto para sentenciar el encuentro. Una vivencia increíble pero si me tengo que quedar con algo de este Mundobasket es con esa sesión de tiro. Si un equipo es como entrena ahí se veían los +33 puntos de media y visualicé las palizas a Eslovenia y a Serbia. Ahí fue cuando supe que serían campeones.