“¿Estás loco? Ni de broma voy a rodar un anuncio con él”.
Nadie es dueño de su destino ni puede prometer que nunca sucederá cierta cosa. Porque hasta en la ocasión más inesperada, la relación con tu mayor enemigo profesional puede dar un vuelco de 180 grados. Pasar del odio al aprecio, de la rivalidad a la amistad o de no hablarse a que uno le invite al otro a comer en casa de su madre. Todo es posible.
Cualquiera que conozca esta historia puede suponer que la tensión se mascaba en aquella calurosa tarde de calor en el verano de 1985. ¿El motivo? Que una conocida marca de zapatillas juntó a las dos mayores estrellas de la NBA de ese momento en una cancha de baloncesto de una casa de campo en Indiana para rodar un ‘spot’.
–No nos podíamos ni saludar, con lo que no tenía ni idea de cómo íbamos a hacer un anuncio juntos. Eso sí, para rodarlo él tenía que venir a Los Ángeles, relató Magic Johnson.
–Nunca hubiera ido a L.A. a grabarlo. Si quería hacerlo, tenía que venir a mi casa, señaló Larry Bird. Y ahí se vieron los dos. En el pequeño pueblo de French Link.
–Nos dijeron que teníamos que jugar un uno contra uno. Nos mirábamos y no lo podíamos creer. ¿De verdad querían que nos enfrentáramos? ¿Que jugásemos entre nosotros en serio? No se daban cuenta que nos estaban poniendo a mí contra Bird a jugar precisamente al baloncesto.
Larry tampoco estaba por la labor de hacer un uno contra uno amistoso y carente de competición para el anuncio. “Cuando venga hacia la canasta le voy a mandar bien lejos”, desveló a su hermano, quien también estaba presente en el rodaje.
El afán competitivo no se les podía ir de la cabeza. Eran rivales 24/7, en cualquier situación o lugar. Querían rodar el anuncio, puesto que se habían comprometido para ello, aunque no sin dejar su huella para hacer saber al otro dónde estaba su territorio.
Pero no todo era grabar en aquel jardín de la casa que Larry había construido a su madre. Durante los descansos no había camerinos donde encerrarse para ver a la otra persona. Con lo cual, no pudieron evitar hablar el uno con el otro y, al romper el hielo, consiguieron algo que no habían imaginado ni teniendo la oportunidad de rodar juntos el anuncio: conocer de verdad a la otra persona, sin rencillas ni rivalidades de por medio.
–Nos sentamos al lado porque no nos quedó otra y comenzamos a hablar. Me preguntó si era aquí donde entrenaba y le dije que sí, siempre y cuando no hiciese viento o nevara, ya que entonces iba al gimnasio.
Pero Magic fue más allá y, fruto de su curiosidad, le preguntó a Larry si trabajaba en el jardín con un tractor que estaba por allí.
–Sí, trabajo en este tractor todos los días.
–¿En serio? ¿¡Larry Bird trabaja con un tractor!?.
–Sí, en serio.
Aunque ahí consiguieron entablar algo de conversación, cuando de verdad empezó a fraguar la buena relación que tienen ambos hoy en día fue en la parada que tenían que hacer en el rodaje para el almuerzo.
–Voy a mi camión a comer, dijo Magic.
–No vayas. Mi madre ha preparado comida para los dos en la casa, contestó Bird.
A pesar del asombro inicial, Magic accedió y aquel día comieron juntos.
–Su madre era encantadora y se preocupó en todo momento de que no me faltase nada de comer. Vi en ella a mi madre. Era increíble, contó asombrado el ’32’ de los Lakers.
Al final, todos quedaron encantados con la experiencia y ambas estrellas ya podían mirarse a la cara, saludarse y mantener algo de conversación fuera de las canchas, más allá de que en sus enfrentamientos en la pista pusiesen todo de su parte para llevarse la victoria de su lado. “Fue un día fantástico, maravilloso”, aseguró Larry.
–Aquel día acabamos siendo dos personas relajadas, simplemente conversando, sonrió Magic.
Lakers-Celtics y las horas bajas de su rivalidad
Esta curiosa historia de cómo empezaron a conocerse personalmente Magic Johnson y Larry Bird no hace más que ensalzar la gran rivalidad que tanto Lakers como Celtics se han disputado en toda la historia.
El mayor enfrentamiento de la hegemonía en la NBA no sólo se limita a los anillos (17-16 para los de Massachusets), sino que es inevitable relacionarla con estos dos jugadores. Pero pasarán las generaciones y nadie se habrá olvidado de estos dos tipos, por más que quieran ambos jugadores. “De aquí a 100 años seguirán hablando de lo nuestro”, comenta resignado Bird.
Hoy en día nada es como en aquella época. Ni como hace unos años, donde se enfrentaron en las Finales dos veces en tres años, con una victoria para cada lado.
En estos momentos, los Celtics (20-31) luchan por entrar a los Playoffs y los Lakers (13-40) ya planean la próxima temporada. Esta situación no es nueva, pues incluso el año pasado ya se podía vaticinar lo mal que lo iban a pasar en la campaña regular.
Este domingo se enfrentan entre ambos, en el Staples Center de Los Ángeles. Pese a que muchos aficionados lo verán y un partido entre estas dos franquicias siempre llama la atención, la situación actual no es ni mucho menos la mejor por la que ha pasado la rivalidad entre los dos equipos.
Pero sea como sea el momento por el que estén pasando, no hay que olvidar lo que representan Magic y Bird para sus franquicias y para la NBA. Y, sobre todo, agradecerles el esfuerzo que hicieron por dejar de lado sus diferencias profesionales para rodar un anuncio juntos y por mostrar al mundo del baloncesto que la rivalidad, por muy grande que sea, al final no puede con la amistad de dos personas, si los dos deciden comenzarla.