Ya se vio en la final de la NCAA 2011, ante los ojos de los telespectadores norteamericanos y mundiales, que no era un jugador cualquiera y que estaba dispuesto a dar el salto a la NBA. Para nada fue una sorpresa que fuera el máximo anotador de ese partido fuera elegido entre los 10 primeros del Draft de ese año –concretamente el número 9 para recalar en Charlotte, por entonces Bobcats– y que se convirtiera desde ese momento en una de las piezas más importantes a largo plazo para esa franquicia.
La evolución de Kemba Walker como jugador en la NBA y como piedra angular en los ahora denominados Hornets ha sido siempre positiva y yendo a más. Comenzó anotando una media de unos 12 puntos por partido y el resto de temporadas lo ha mantenido en más de 17 puntos hasta esta, que ya supera los 18 de promedio.
Ya no es solamente el incremento de la anotación media de este jugador, sino de la evolución de su juego en general. Esto le sucede a muchos jugadores en sus primeros años de NBA. A veces es porque la evolución es más lenta, por los compañeros con los que te toca jugar o por el rol que te asigna el entrenador, pero eso no quita que uno vaya evolucionando en algunos aspectos que, por una razón u otra, acabe por incrementar aún más tu máximo nivel.
Ya se sabía que Walker podía penetrar a canasta, que es rápido y que pude generar muchas situaciones que salen de sus manos, pero si había algo que podía mejorar de verdad era su tiro exterior. Charlotte es una franquicia que hasta esta temporada no se caracterizaba por ganar demasiados partidos o hacerlo con enorme facilidad. Este año ha habido, de momento, un gran cambio en este apartado y si hay algo que lo ha podido mejorar es precisamente lo que le fallaba muchas veces al bueno de Walker.
Kemba ha incrementado sus lanzamientos abiertos (considerado así por NBA.com) y este año está viendo cómo sus números crecen. En el curso 14/15 sus tiros abiertos únicamente suponían el 29,7% del total, pero en la temporada 15/16 está cambiando esa tendencia, pues ahora son el 35% del total de sus lanzamientos. Con este ‘paso atrás’ en la distancia de sus lanzamientos realmente está dando uno de gigante hacia delante, porque el horizonte de oportunidades que se le presentan para elevar su rendimeinto es enorme.
Este cambio es el que está haciendo que Kemba Walker esté mejorando sus porcentajes de tiro en general y sobre todo desde posiciones exteriores. Este año está en torno al 45% de acierto en tiros de campo cuando en las últimas dos campañas no había superado ni siquiera el 40%. Esto se está notando sobre todo en los lanzamientos de triple, pues esta temporada roza el 40% de acierto mientras que en las cuatro temporadas pasadas en la NBA se ha movido entre un 30 y un 33%.
El primer y tercer lanzamiento del vídeo tienen un factor en común que es la colaboración en equipo y la asoaciación con sus compañeros, concretamente con Cody Zeller y Nico Batum. Son jugadas rápidas, de apenas un par de pases, donde el movimeinto natural de los jugadores y el de Kemba de buscar un lanzamiento abierto hace que cuando recibe el balón por segunda vez no se lo piense dos veces y consiga encestar.
Los otros dos, en cambio, tienen la particularidad de que es el propio Walker el que se ‘cocina’ su propia jugada. Saca provecho de su velocodad y habilidad con el balón para, con un breve pasito atrás en el último momento, abrirse el hueco necesario para poder lanzar cómdamente. En los cuatro tiros que encesta, todos ellos en partidos recientes del mes de diciembre, no se le ve dudoso en ningún momento algo que, si se tiene en cuenta el valor de la determinación en un jugador, podemos decir que en el caso del número 15 de los Hornets es altísima.
Lo significativo de todo esto es que justo se está dando en una temporada en la que Charlotte está peleando por los puestos de arriba en una situación casi inédita en el Este. Hasta el décimo equipo de la Conferencia está en récord positivo. Se podrían mencionar muchos casos, pero el año pasado los Brooklyn Nets se metieron en Playoffs con un récord de 38-44 y solamente los seis primeros tenían récord positivo.
Ahora la cosa es muy distinta. Entre el primero y el décimo del Este solamente hay 3,5 partidos de diferencia y la cosa está muy igualada en casi todos los puestos de Playoffs, salvo el de los Cavs que parece el único caso claro que acabara primero de la Conferencia salvo sorpresa.
Este escenario ha venido motivado por la ausencia de lesiones de las grandes estrellas de los equipos de esta parte del país, las buenas rachas y resultados que están cosechando (sobre todo contra conjuntos del Oeste) y sobre todo el gran nivel de muchos jugadores clave en sus equipos, como es el caso de Kemba Walker.
A pesar de lo incierto que pueda ser esta situación para los Hornets y para muchos equipos del Este, Charlotte puede estar tranquilo de tener en sus filas a un líder que mejora por momentos, su juego es cada vez más consistente y sobre todo ve más opciones de hacer daño a los rivales cuando ve el aro con más distancia de lo habitual. Cuando ve las cosas con más perspectiva. Con un enorme horizonte de oportunidades por delante para aprovechar.