En un inicio de temporada algo desobediente a lo que se esperaba en un principio, son muchos los cambios y las sorpresas que nos hemos llevado en este primer mes de competición. Si por un lado destaca la horrible campaña que están realizando los equipos de la conferencia Este, es inevitable fijarse que al otro lado del país ha surgido un nuevo competidor que hasta el momento ha demostrado que no va de farol.
Hablamos de Portland y su espectacular inicio de campaña, ya que ni cortos ni perezosos lideran en estos momentos la clasificación del Oeste (17-4), poniendo en jaque a los equipos punteros de la NBA.
Esto es, cuanto menos, sorprendente en un equipo que finalizó el año pasado con un récord de 33-49 firmando 13 derrotas consecutivas para cerrar el curso, la peor racha negativa de la historia de la franquicia. Ahora, Portland le ha conseguido dar la vuelta a la tortilla y, además de haber firmado 11 victorias consecutivas en noviembre, por el momento no le han podido toser ni San Antonio ni Indiana, quien sumó su segunda derrota de lo poco que llevamos de campaña precisamente contra los pupilos de Terry Stotts.
Pero, ¿por qué han empezado tan bien los Blazers? ¿Han cambiado mucho respecto al año pasado?
Empezando por la segunda pregunta y en cuanto al quinteto titular, no. El grupo formado por Damian Lillard, Wesley Matthews, Nico Batum y LaMarcus Aldrige sólo se ha visto modificado por la salida de JJ Hickson, que se ha ido a Denver, y la entrada de Robin López, que ha venido de disputar sólo una temporada en New Orleans.
Pese a que únicamente ha sido un cambio respecto a la temporada 2012/13, parece que Portland ha conseguido avanzar a buen ritmo en su proceso de reconstrucción, pero sobre todo dar confianza a los jugadores que tienen que salir a luchar partido tras partido. Esta confianza se ve claramente interpretada al ver el quinteto titular utilizado por Stotts en este arranque de curso, el cual ha sido el mismo en los 19 partidos primeros partidos de la temporada. Y no sólo esto, sino que la paciencia y el ir haciendo las cosas paso a paso está siendo una de las claves de la buena marcha ‘Blazer’ hasta el momento para que en unos meses hayan podido pasar de ser un equipo perdedor a uno de los cuatro mejores de la NBA.
“Ganamos a un buen equipo esta noche. Es algo de lo que estar orgullosos, pero tenemos otro buen equipo, Oklahoma City, el próximo miércoles. Tenemos que seguir avanzando juntos”, dijo Terry Stotts, tras vencer este mismo lunes a Indiana, en un tono muy a lo ‘Cholo Simeone’.
Respondiendo a la primera de las cuestiones que planteábamos unas líneas más arriba los Blazers han empezado bien por el buen acoplamiento de todas las piezas, porque Lillard y Aldrige se entienden y porque los jugadores de banquillo cumplen.
Sobre el joven base del conjunto de Oregón escribí justo hace un año porque me maravilló en los primeros partidos de la temporada. Es un jugador diferente, versátil y que puede decidir muchos partidos. Tuvo cierta presión al principio el año pasado, pero poco a poco se le fue quitando y acabó ganando el premio al ‘Rookie del Año’, como muchos apuntábamos en las quinielas. Este año está en un nivel similar de anotación y asistencias (20,2 puntos y 5,7 asistencias por noche) y sin la presión inicial, con lo que podemos esperar cosas muy buenas de él.
Por su parte, LaMarcus Aldrige está realizando una temporada muy sólida bajo los tableros y se está forjando como uno de los pilares fundamentales de esta franquicia. Su intimidación, pero sobre todo la cantidad de rebotes que coge cada noche son básicos para que los Blazers tengan una base firme sobre la que cimentar sus victorias.
En cuanto a Robin López, una de las incorporaciones más sonadas de los Blazers este pasado verano, es cierto que no es ni el mejor pívot de la NBA ni el más mediático de todos, pero también es verdad que necesitaban reforzar ese puesto con alguien que se desenvolviese bien en esa posición. López no es un jugador con el que construir un equipo alrededor suyo, pero sí el se siente bien rodeado y consigue realizar su trabajo sin trabas, su presencia en la cancha puede aportar muchos beneficios a los Blazers.
En definitiva, todo este análisis del actual equipo de Portland cobra más sentido al saber que los rivales se han percatado del buen momento de los de Oregón y que sobre todo se han ganado un respeto y un hueco por el momento en la NBA.
“Merecieron ganar, nos hicieron parecer estúpidos ahí fuera, especialmente en el último cuarto”, declaró el australiano Andrew Bogut después de que su equipo, los Warriors, recibiesen un 32-17 en contra en el 4º periodo.
Más allá del respeto, se han ganado la admiración de la liga y han demostrado que el proyecto es serio de verdad y que no están dispuestos a defraudar a sus aficionados ni quedándose fuera de Playoffs (que no parece que suceda) ni realizando una mala temporada (que por el momento no la están haciendo).
Nadie sabe qué puede pasar de aquí en adelante, aún quedan cinco meses de temporada regular hasta la postemporada, que será donde de verdad se verá el potencial de los Blazers un el contexto donde sólo vale ganar. Lo cierto es que ya sabemos que Portland no va de farol, que esta temporada están empeñados en que les salgan las cosas bien y que, por suerte para ellos, puede que esta vez la suerte esté de su lado.