El trabajo principal de un General Manager en la MLB es coger el presupuesto disponible y utilizarlo para dar suficientes armas a su manager para que pueda poner sobre el campo un lineup y una rotación competitivas. A veces, los GMs crean proyectos a largo plazo en los que se centran en acumular talento joven que pueda ser desarrollado. Otras veces, se encuentran con su equipo luchando por ganar la división o un puesto de wild card y deben reaccionar rápidamente para lograr esa pieza que de el impulso definitivo al equipo en su lucha por llegar a las World Series y proclamarse campeones.
Y agosto es precisamente el mes en el que más trabajo tienen los GMs de equipos competitivos. El 31 de julio tiene lugar la fecha límite de traspasos o Trade Deadline. Eso no quiere decir que a partir de ahí los equipos no puedan traspasar a jugadores ya que en ese momento comienza el periodo de traspasos vía waiver.
Os explico brevemente las diferencias: En los traspasos normales los equipos pueden negociar con cualquier otra franquicia. Si quieren adquirir a un jugador llaman al club que posee sus derechos, negocian; y, si llegan a un acuerdo, se traspasa a los juagdores. El sistema de waivers es un poco más complicado. Los jugadores que son elegibles para trasapaso (no todos lo son) deben ser puestos en waivers si no han sido intercambiados antes del 31 de julio. Entonces, cualquier equipo de la misma Liga puede poner una petición en ese jugador. Es decir, sólo los de la NL pueden adquirir por este medio a un jugador que esté en la National League. Esta petición le otorga derecho exclusivo a negociar por el jugador. A partir de ahí el club dueño del jugador tiene tres opciones:
- Llegar a un acuerdo para traspasar al jugador.
- Quitar al jugador de waivers si no le quieren traspasar, por lo que el jugador sigue siendo de su propiedad.
- No hacer nada y dejar que el equipo que pone la petición se lleve al jugador sin dar nada a cambio.
Este año no se han dado demasiados traspasos antes del 31 de julio y tampoco ha habido muchos por el sistema de waivers. No obstante, algunos de los que sí se han producido pueden tener un efecto importante en las carreras por acceder a los Playoffs y en las eliminatorias de postemporada. A continuación vamos a analizar tres de ellos.
Como parte de un trade a tres bandas los Boston Red Sox enviaron a José Iglesias a los Detroit Tigers y a los jugadores de Ligas Menores Cleuluis Rondon, Francellis Montas y Jeffrey Wendelken a los Chicago White Sox. A cambio recibieron a Brayan Villareal de los Tigers y a Jake Peavy de los White Sox.
La pieza clave de todo el negocio para los de Massachusetts es el pitcher Jake Peavy. Los BoSox han tenido un gran rendimieno por parte de bullpen este año. A pesar de tener un bullpen ERA de 3.60, ninguno de los cuatro relievers con más entradas (Koji Uehara, Junichi Tazawa, Craig Breslow y Andrew Miller) tienen un registro superior a 2.67. Y además, han logrado sobreponerse a la baja de Joel Hanrahan que llegó en la offseason desde Pittsburgh. En la rotación contaban con Clay Buchholz y su magnífico ERA de 1.71; pero desde su lesión en junio les ha faltado una referencia clara entre los pitchers titulares; un ace que marcase el camino. No es el mismo pitcher que ganó el Cy Young desde que salió de San Diego; pero su veteranía va a ser muy útil para el equipo.
Boston tiene una ventaja suficiente en el liderato de la AL Este como para que este traspaso no tenga demasiado efecto en la carrera por los Playoffs. Sin embargo, con Buchholz cerca de volver de la DL, los Red Sox van a tener un dúo 1-2 muy potente en las eliminatorias por el título que puede marcar la diferencia y darles más opciones de llegar a las World Series unidos a un potente ataque (2º en carreras anotadas en la AL). Además, creo que José Iglesias no es una pérdida demasiado grave para los de Boston. Es cierto que tenía un enorme potencial en una de las posiciones más difíciles (shorstop) y que este año por fin se había establecido en las Mayores con un gran rendimiento. No obstante, Stephen Drew puede ser un sustituto decente como shorstop y los Red Sox cuentan con otro gran prospecto en la posición, Xander Bogaerts, que ha tenido un magnífico debut en la MLB alternando entre short y tercera.
Ha sido un gran movimiento por parte del GM Ben Cherington.
Los Texas Rangers envían a Mike Olt, Justin Grimm y los jugadores de Minors C.J. Edwards y Neil Ramirez a los Chicago Cubs a cambio de Matt Garza. Por otro lado, enviaron a Leury Garcia a los Chicago White Sox a cambio de Álex Ríos.
Dos trades para hacer frente a dos necesidades muy distintas. Los texanos querían reforzar la rotación debido al bajo rendimiento de Justin Grimm y Nick Tepesch y a las continuas ausencias de Alexi Ogando. Si lograban un buen trade iban a tener una parte alta de la rotación temible con Yu Darvish, Derek Holland y el fichaje. Desde el primer momento el objetivo número uno era el lanzador de los Cubs y los Rangers se lanzaron de cabeza. Garza no había tenido un ERA por encima de 4.00 desde su año rookie en 2006 y este año estaba teniendo muy buenos números en Wrigley Field con un ERA de 3.17 y 62K en 71 entradas lanzadas. Desde luego, era una muy buena opción; pero el precio pagado me parece demasiado alto. Dieron a dos jugadores de Minors y a un pitcher flojo como Justin Grimm, pero la pieza clave es Mike Olt, que se había convertido en el mejor prospecto de la franquicia tras el ascenso de Jurickson Profar al primer equipo. El resto del equipo era lo suficientemente potente como para luchar por las World Series y un pitcher no les venía mal, pero me parece que la necesidad no era tan grande como para dar al que podía ser pieza importante del futuro del equipo. Quizás una opción como la de Ricky Nolasco, con números parecidos, podía haber sido más barata si se hubiesen adelantado a los Dodgers.
El otro trade se venía rumoreando desde hacía tiempo por el flojo año del LF David Murphy, pero no se llevó a cabo hasta que, en plena fase de waivers, los Rangers se lanzaron a por un outfielder tras la suspensión de 50 partidos impuesta a Nelson Cruz. Si antes de la suspensión Álex Ríos iba a llegar para reforzar el outfield, tras la sanción iba a ser el nuevo RF titular mientras durase el castigo a Cruz. El puertoriqueño estaba teniendo buenos números en Chicago este año (.277/.328/.421, 12HR, 55RBI) y pese a que ha bajado un poco su rendimiento en los 20 partidos que ha jugado con el club de Arlington (.263/.298/.375, 1HR, 7RBI), creo que va a ser un jugador útil para la franquicia como tiular o como cuarto outfielder cuando llegue Nelson Cruz. Además el precio pagado ha sido muy económico. Enviaron a Illinois al SS Leury García, un shortsop eminentemente defensivo, que había jugado en cuatro posiciones diferentes en en las pocas apariciones que ha tenido con el primer equipo sin tener buenos números ofensivos. Los de Texas no iban a tener ningún problema en deshacerse del dominicano teniendo a Profar en su posición. En este caso, muy buen trabajo del GM Jon Daniels.
Tanto Ríos como Garza deberían tener efecto inmediato en la lucha por ganar la división. Los Rangers están envueltos en una dura pugna con los A´s para llevarse la AL West y un abridor solvente como Garza será importante. La labor de Ríos cubriendo una baja que parecía un desastre en potencia como la de Nelson Cruz será fundamental en esa lucha. Obviamente, también serán de gran ayuda en los Playoffs.
Los Pittsburgh Pirates envían a Vic Black y al Minor Leaguer Dilson Herrera a cambio de Marlon Byrd y John Buck.
Los Pirates necesitaban con urgencia un rightfielder. Así de simple. El ataque estaba siendo peor que el pitcheo y el RF era el puesto con más posibilidades de ser reforzado. Travis Snider está teniendo un año horrible tanto con el bate como con el guante y su WAR es de -0.6. El otro jugador que ha ocupado el puesto a lo largo del año, Jose Tabata, ha tenido un buen año ofensivo para un jugador que ha jugado o muy arriba o muy abajo en el batting order con una línea de .272/.340/.409; aun que lo podía haber hecho algo mejor en las bases ya que sólo ha anotado 27 carreras. Esto le ha dado un WAR ofensivo de 0.9. El gran problema ha estado en su defensa que ha sido malísima. En la derecha ha costado cinco carreras a los Bucs (un problema que no tiene cuando juega en la izquierda) y el WAR defensivo de Tabata es un pésimo -0.9. Afortunadamente para él su WAR total es positivo, concretamente 0.5. Aún así, el rightfield ha costado 0.1 victorias a los Pirates y con lo apretada que está la NL Centro cada victoria o fracción de la misma cuenta. Es lógico que no quisiesen elegir entre un jugador que no estaba dando el nivel en ninguna faceta del juego y uno que lo que aportaba en ataque costaba en defensa.
La busqueda les llevó a pujar en waivers por Marlon Byrd. El rightfielder estaba lidernado a los Mets en Home Runs (21) y RBI (71) además de tener una línea de .285/.330/.518, demostrando mucho poder de bateo. En defensa no se queda atrás, 9 carreras salvadas con los Mets desde la derecha y un WAR defensivo de 0.4 así lo atestiguan. Justo los que Pittsburgh necesitaba para completar un buen lineup. Y todo esto con un salario bajo, ya que tras una suspensión y un bajón de rendimiento en las últimas temporadas los de Nueva York pudieron firmale por un año y $700.000. Junto a Byrd llega Buck que sera un magnífico suplente para el catcher Russell Martin. Para ello los Bucs han pagado un precio razonable. Vic Black es un relief pitcher joven con bastante proyección y un brazo potente, pero que iba a tener pocas posibilidades en un bullpen tan bueno como el de los Pirates y Herrera es un buen prospect (el número 11 de la franquicia según MLB.com) que atraía a los Mets, pero que no supone un desembolso tan grande como el que relalizaron los Rangers con Olt. Me ha gustado el trabajo del GM Neal Huntington.
La ayuda de Byrd (y en menor medida también la de Buck) va a ser clave para unos Bucs a los que se les presenta una dura lucha en la división. Es probable que, como mínimo, se clasifiquen para Playoffs via wildcard, pero tras más de 20 años sin clasificarse para la postemporada seguro que no quieren arriesgarse a que la experiencia se limite a un partido.
Ahora que el trabajo de los General Managers ya está hecho es el turno de los jugadores traspasados de demostrar que la inversión realizada por ellos ha sido la adecuada y que pueden ayudar a su equipo a llevarse el título.