En poco han cambiado estos New York Giants, campeones de la NFL por segunda vez en cinco años, con los de 2010 que se perdían la participación en Playoffs por segundo año consecutivo. La debacle de la temporada pasada, con dos derrotas en los últimos tres partidos incluyendo el llamado «Miracle at the New Meadowlands», tampoco motivó muchos cambios en la franquicia de la Gran Manzana, de hecho en pretemporada llegaron muchas críticas por lo poco reforzado que estaba equipo. Pero Tom Coughlin ha sabido exprimir al máximo a los jugadores que tenía para alcanzar el cuarto Vince Lombardi en la historia del club.
La pasada offseason supuso la marcha del tight end Kevin Boss y del receptor Steve Smith, decidían no renovar a dos veteranos como Rich Seubert y Shaun O’Hara y no volver a traer a Plaxico Burress tras su salida de la cárcel; además, Osi Umenyiora volvía a protestar por su actual contrato. Pero en la mente del general manager Jerry Reese la plantilla estaba cargada de talento y era sólida. De los 53 jugadores inscritos en la Super Bowl XLVI, 19 habían jugado una Super Bowl, 15 habían jugado la Super Bowl de hace cuatro años y 25 habían sido drafteados por el equipo (18 bajo el mando de Reese desde que cogió la gerencia en 2007).
La filosofía del club nunca ha ido por ser grandes postores en la agencia libre. 12 undrafted jugadores de los cuales 4 son titulares, 16 jugadores adquiridos en de los cuales 7 son titulares y 25 jugadores drafteados de los cuales 11 son titulares. Todo eso en el periodo Reese-Coughlin.
Después queda el trabajo que ha hecho Coughlin sobre el césped. En la ofensiva tiene una gran ayuda del coordinador ofensivo Kevin Gilbride. Recordando que Coughlin fue entrenador de receptores para los Giants de 1988 a 1990, Coughlin, de herencia de la escuela de Parcells, adora el uso de los tight ends, no solo dos sino incluso tres (Ballard, Pascoe y Beckum) a lo que hay que sumar al juego aéreo tres explosivos receptores bien aprovechados. De mérito es la adquisición de Victor Cruz, un jugador que ni entró en el draft. La defensa ya es otra cosa, ahí los Giants han invertido mucho: 7 de los 11 titulares son jugadores elegidos en las tres primeras rondas del draft y otros 3 son inversiones de dinero considerable en la agencia libre (Rolle, Boley y Canty), por lo que New York se ha cimentado desde ahí.